Cuidado del cabello seco

Aunque los factores que contribuyen a la sequedad y la fragilidad del cabello son bien conocidos, en la práctica no siempre es posible eliminarlos en la medida necesaria. El objetivo principal de muchos productos cosméticos para cabello seco es ralentizar su degradación y protegerlo de las agresiones externas asociadas al medio ambiente y al cuidado del cabello. Debido a que el cabello seco disminuye la cantidad de sustancias grasas en la superficie capilar, la acción de los productos cosméticos se centra en compensar esta deficiencia. Las siguientes sustancias se incluyen con mayor frecuencia en la composición en diversas formas:

• Ácidos orgánicos.
• Grasas, ácidos grasos y sus derivados.
• Vitaminas.
• Derivados de proteínas.
• Detergentes catiónicos (tensioactivos).
• Polímeros catiónicos.

Los ácidos orgánicos (acético, láctico, málico, cítrico, etc.) se han utilizado ampliamente desde hace mucho tiempo para el cuidado del cabello seco. Muchos conocen el método de enjuagar el cabello después del lavado con una solución acuosa de ácido acético o cítrico (una cucharadita de vinagre o jugo de limón recién exprimido por litro de agua). En este caso, el ácido neutraliza el efecto del detergente alcalino y aporta brillo al cabello. Los enjuagues ácidos también se utilizan después de la decoloración para precipitar las proteínas tras la degradación natural del cabello.

El uso de grasas, ácidos grasos y sus derivados está plenamente justificado, ya que es necesario restaurar en la superficie capilar un compuesto lo más parecido posible al sebo. Se recomiendan las siguientes sustancias:

1. Ácidos grasos: oleico, esteárico, linoleico, linolénico (vitamina F), ricinolénico, etc.
2. Alcoholes grasos: alcoholes laurílico, mirístico, oleílico, cetílico y estearílico.
3. Triglicéridos naturales, que se encuentran en cantidades predominantes en los aceites: de almendras, de ricino, de cacahuete, de oliva, de avena, de aguacate, etc.
4. Ceras naturales: cera de abejas, espermaceti.
5. Ésteres grasos como estearatos u oleatos de glicol o glicerol y ésteres grasos de isopropilo.
6. Derivados oxietilenados y oxipropilénicos de ceras, alcoholes y ácidos grasos.
7. Alcoholes grasos parcialmente sulfatados.
8. Lanolina y sus derivados.
9. Fosfolípidos, especialmente lecitinas, una mezcla de fosfátidos obtenidos de la yema de huevo o de la soja.
10. Lactilato de isoestearilo.

Las vitaminas, especialmente los grupos D, B y E, se utilizan principalmente de origen vegetal.

Derivados proteicos. Se sabe que una molécula de proteína es demasiado grande para penetrar el cabello y unirse a su queratina. Por lo tanto, dicha molécula se sustituye por hidrolizados proteicos, o una mezcla de péptidos o aminoácidos que se forma como resultado de la hidrólisis completa de la proteína. También se utilizan hidrolizados de queratina de diversos animales (cuerno de vaca, crin de caballo, etc.), proteínas de seda, colágeno, gelatina y caseína. A menudo, se puede lograr un buen efecto utilizando productos de condensación de queratinas en combinación con ácidos grasos.

Detergentes catiónicos activos (tensioactivos). Los derivados catiónicos activos son tensioactivos con un grupo catiónico hidrófilo que contiene una o dos cadenas grasas de hidrocarburos lipófilos. Cuando un detergente catiónico activo entra en contacto con la superficie del cabello dañado con valencia aniónica, se produce una unión electroquímica entre el cabello con carga negativa y la sustancia catiónica activa, lo que promueve la formación de una fina película monomolecular en la superficie capilar. Además, cuando dicho detergente actúa sobre el cabello, se produce un efecto antiestático debido a la disminución de la diferencia de potencial.

Polímeros catiónicos. Se sabe que los detergentes catiónicos activos (tensioactivos) son ideales para normalizar la superficie del cabello dañado y protegerlo. Sin embargo, no mejoran su estructura. Además, su uso no siempre resulta cómodo debido a su efecto irritante y a su incompatibilidad con diversos detergentes aniónicos presentes en los champús. Por ello, se desarrollaron nuevos compuestos compatibles con los detergentes aniónicos: los polímeros catiónicos, capaces de crear una película protectora especial sobre la superficie del cabello, restaurando su estructura y resistencia. El primer polímero catiónico, que apareció en el mercado en 1972, fue el "Polímero JR (Polyquaternium 10)". Se añadió a uno de los champús como ingrediente acondicionador. Posteriormente, se lanzaron y patentaron numerosas variedades de polímeros catiónicos. Actualmente, se utilizan tres tipos principales: celulosas y almidones catiónicos, siliconas catiónicas e hidrolizados de proteínas.

Los productos más recomendados para el cuidado del cabello seco son los champús y los productos para el cuidado del cabello después del lavado.

Los principios básicos del cuidado del cuero cabelludo para personas con cabello seco son los siguientes:

• Selección correcta del champú según el tipo de cabello. En caso de detectarse manifestaciones de dermatitis seborreica, es necesario prescribir champús medicados. No se recomienda el uso de jabones alcalinos ni soluciones alcohólicas para el cuero cabelludo.
• Lávese el cuero cabelludo no más de una vez cada 5 a 7 días, preferiblemente por la noche.
• Uso de acondicionadores, así como infusiones de hierbas (tilo, manzanilla, etc.) y soluciones ácidas (acético, cítrico).
• Peinado frecuente del cabello con un peine de madera con grandes espacios entre los dientes.
• No se recomienda utilizar secador de pelo, visitar frecuentemente la sauna, estar al sol sin sombrero, teñir frecuentemente el cabello con tintes artificiales, abusar de productos fijadores del cabello, especialmente laca, y hacer permanentes químicas.
• En un salón de belleza se recomiendan el masaje del cuero cabelludo, el masaje al vacío, el campo electrostático, el ultrasonido, la electroforesis medicinal, la terapia de microcorriente, el láser terapéutico, los procedimientos térmicos, así como las mascarillas nutritivas para el cuero cabelludo.