Resfriados durante el embarazo: tratamiento y prevención

Los resfriados frecuentes durante el embarazo son muy comunes, ya que, tras la concepción, el cuerpo de toda mujer se enfrenta a un factor esencial para la "situación interesante": la inmunosupresión fisiológica. Es decir, una disminución de la inmunidad específica (adquirida) del organismo para prevenir el rechazo del embrión.

Por esta razón, las mujeres embarazadas son propensas a resfriados, así como a la exacerbación de enfermedades crónicas de las vías respiratorias superiores. Según diversos datos, la incidencia de resfriados, infecciones respiratorias agudas o infecciones virales respiratorias agudas durante el período gestacional es del 55 al 82 %.

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¿Cómo afecta el resfriado al embarazo?

A todos, sin excepción, nos interesa la respuesta a la pregunta principal: ¿es peligroso resfriarse durante el embarazo? Y especialmente en el primer trimestre.

Un resfriado es el resultado de una infección por adenovirus que afecta al cuerpo. Los médicos aún no pueden determinar cómo este o aquel tipo de adenovirus que la futura madre ha contraído afecta el desarrollo del feto. Pero absolutamente todos los obstetras y ginecólogos coinciden en una cosa: cómo un resfriado afecta al embarazo depende, en primer lugar, de su duración.

Los resfriados en las primeras semanas de gestación son los más peligrosos, ya que es durante este período que se sientan las bases para una gestación normal de un niño sano. Si se resfría durante la primera y la segunda semana (cuando la mayoría de las mujeres aún no saben que están en posición), puede provocar un aborto espontáneo. Un resfriado en la tercera semana de embarazo también es extremadamente indeseable, ya que es en este momento cuando se produce la implantación del óvulo fecundado en la pared uterina, y este no cuenta con protección (aún no hay placenta).

Cualquier infección o exacerbación de enfermedades, así como un resfriado en la cuarta semana de gestación, cuando comienza la formación de la placenta, pueden provocar su desprendimiento con sangrado y aborto espontáneo. Según las estadísticas médicas, debido a infecciones virales respiratorias agudas (IRV) en las primeras etapas, entre el 13 % y el 18 % de los embarazos se interrumpen prematuramente.

Un resfriado en la quinta y sexta semana de embarazo coincide con la etapa en la que se forma el tubo neural en el feto, y la enfermedad de la futura madre puede provocar defectos del sistema nervioso central en el niño.

Los resfriados en las semanas 7, 8 y 9, con síntomas de congestión nasal y fiebre alta, afectan el suministro de oxígeno al feto, que está desarrollando sus órganos internos. La deficiencia de oxígeno provoca hipoxia fetal y un alto riesgo de retraso en el desarrollo.

Un resfriado en la décima y undécima semana de embarazo ocurre durante el período en que la mayoría de los órganos vitales del futuro bebé no solo se han formado, sino que también comienzan a funcionar. Un resfriado, especialmente en casos graves con fiebre alta, aumenta el riesgo de que las toxinas producidas por los virus lleguen al feto. Esto es especialmente cierto en el caso de la gripe: quienes han padecido esta enfermedad tienen una probabilidad muy alta de dar a luz a bebés prematuros o con bajo peso al nacer, así como de desarrollar hidrocefalia o envejecimiento prematuro de la placenta. Los mismos factores se presentan cuando la futura madre se resfría en la duodécima o decimotercera semana desde el inicio de la concepción.

Comienza el segundo trimestre del embarazo, y se cree que un resfriado en este periodo no causa ninguna patología perinatal. Sin embargo, en las semanas 14, 15 y 16, puede provocar procesos inflamatorios en el cuerpo del futuro bebé, como consecuencia del efecto de la infección sobre la placenta.

Aunque, efectivamente, un resfriado en el segundo o tercer trimestre del período gestacional no podrá afectar directamente a los órganos del niño de manera tan grave como para provocar sus anomalías.

Sin embargo, los resfriados en las semanas 17, 18 y 19 son peligrosos para el feto debido a la intoxicación del cuerpo de la mujer, cuya temperatura de +38 °C o superior no baja durante varios días y su apetito desaparece por completo. El desarrollo intrauterino del niño continúa, y para ello necesita oxígeno y nutrientes, que la madre resfriada no le proporciona.

Además, con una temperatura corporal alta, un resfriado en las semanas 20, 21, 22 y 23 del embarazo (en resumen, durante todo el segundo trimestre) puede provocar daño a la placenta por un virus, lo que a menudo resulta en una patología placentaria: insuficiencia fetoplacentaria. Los virus también contribuyen a la activación de focos de infección ocultos en el cuerpo de la mujer.

Un resfriado al final del embarazo tiene consecuencias negativas. Con frecuencia, las futuras madres se quejan de dificultad para respirar e incluso dolor debajo de las costillas al respirar. Al toser, todos los músculos respiratorios, el diafragma y el abdomen se tensan; al mismo tiempo, el movimiento brusco del diafragma afecta la base del útero, lo que provoca su tonificación. Esto puede provocar un parto prematuro. Precisamente por eso es peligroso un resfriado en la semana 35 de gestación.

Los resfriados a las 36 semanas de embarazo y un aumento significativo de la temperatura pueden provocar desprendimiento de placenta y rotura prematura del líquido amniótico. A las 37 semanas, los patógenos pueden entrar en el líquido amniótico (que el feto absorbe sistemáticamente).

Es fácil imaginar cómo un resfriado a las 38 y 39 semanas de gestación puede afectar a un niño. Es evidente que, con una rinorrea severa y congestión nasal en la madre, el niño recibe menos oxígeno. En las últimas etapas del embarazo, la hipoxia intrauterina del feto se manifiesta tanto en su baja actividad como en una movilidad excesiva. Esto último provoca el enredo del cordón umbilical. Y los múltiples enredos apretados del cordón umbilical son la principal causa de la interrupción total del suministro de oxígeno al niño y de su irrigación sanguínea.

Finalmente, la principal consecuencia de un resfriado a las 40 semanas de embarazo: el nacimiento del tan esperado bebé tendrá lugar en la sala de observación. Esta sala está destinada a madres con fiebre alta (superior a 37,5 °C), síntomas de infecciones respiratorias agudas o gripe, diversas infecciones del canal del parto o portadoras del virus de la hepatitis. El bebé, inmediatamente después del nacimiento, se aísla de la madre.

Por cierto, quedar embarazada después de un resfriado no suele tener consecuencias negativas.

Síntomas

Los primeros síntomas de un resfriado durante el embarazo no difieren de los de esta enfermedad en las mujeres no embarazadas. Se trata de malestar general y dolor de cabeza, seguido de secreción nasal, dolor de garganta y dificultad para tragar, y una ligera subida de la temperatura corporal. La temperatura puede alcanzar los 38,5 °C, aunque un resfriado durante el embarazo sin fiebre (o con fiebre subfebril) es mucho más común.

La rinorrea puede ir acompañada de tos y síntomas de intoxicación general, que se manifiestan como debilidad, pérdida de apetito y somnolencia. La enfermedad dura de 5 a 12 días. Si no se trata a tiempo, pueden presentarse complicaciones como faringitis, sinusitis o bronquitis.

Tratamiento de los resfriados durante el embarazo

Es necesario comenzar a tratar un resfriado durante el embarazo ante los primeros síntomas. Y recuerde que durante el período gestacional, la mayoría de los medicamentos, incluida la aspirina, están contraindicados.

Pero entonces, ¿cómo tratar un resfriado durante el embarazo? Lo primero que hay que hacer son los remedios caseros de eficacia comprobada. Dado que las embarazadas no pueden vaporizarse los pies, hágalo en las manos para facilitar la respiración nasal. Abríguese bien, póngase calcetines de lana y métase bajo la manta: el calor, el descanso y el sueño son buenos para los resfriados. No olvide beber mucho líquido: té verde caliente con limón y miel, té con flor de tilo, zumo de arándanos, infusión de rosa mosqueta y compota de frutos secos. El jengibre en infusión también ayuda, no solo con los síntomas catarrales, sino también con las náuseas matutinas.

A menudo se lee que se puede tomar té de manzanilla caliente o té con viburnum por la noche. Claro que sí, ¡pero no durante el período gestacional! Cabe destacar que no todas las hierbas son aptas para el resfriado durante el embarazo. Aquí hay una lista de plantas medicinales cuyo uso está contraindicado durante todo el período gestacional: aloe, anís, agracejo, helenio (hierba y raíz), meliloto, orégano, hipérico, fresa silvestre (hojas), viburnum (bayas), frambuesa (hojas), melisa, levístico, ajenjo, regaliz (raíz), celidonia, salvia. Por lo tanto, no se deben tomar medicamentos que contengan estas plantas.

Sin embargo, no existe una recomendación clara sobre la manzanilla (que suele usarse para normalizar el ciclo menstrual). Según muchos herbolarios experimentados, la manzanilla durante el embarazo puede provocar sangrado, por lo que no se recomienda. Otros creen que se puede tomar durante toda la gestación, pero no más de dos tazas al día.

Cabe destacar que el ajo no debe usarse para tratar resfriados durante el embarazo, a menos que se machaque un diente e inhale sus fitoncidas para la rinitis. El ajo reduce la absorción de yodo. La falta de yodo en la futura madre provoca un retraso en la maduración del feto y aumenta la probabilidad de hipotiroidismo en el recién nacido.

En caso de altas temperaturas, ayudan las fricciones con vodka (un tercio de un vaso de vodka por dos tercios de agua) o con vinagre (en la misma proporción).

Si tiene dolor de garganta, debería hacer gárgaras con más frecuencia con una solución de sal, ya sea de mesa o marina (sal natural comestible): una cucharadita por vaso de agua tibia hervida. O bien, con soluciones de bicarbonato de sodio (una cucharadita por vaso de agua) y furacilina (una tableta por 200 ml de agua). Hacer gárgaras con tintura de caléndula ayuda: 10 gotas de tintura de alcohol por 100 ml de agua. También puede usar una infusión casera: una cucharada de flores secas de caléndula por vaso de agua hirviendo.

El dolor de garganta también se puede aliviar haciendo gárgaras con el jugo de medio limón diluido en un vaso de agua tibia y una cucharadita de miel líquida natural (el jugo de limón se puede sustituir por dos cucharadas de vinagre de sidra de manzana natural). Por cierto, la miel es muy útil para los resfriados durante el embarazo. Así, una taza de leche caliente con una cucharada de miel antes de acostarse puede aliviar el dolor de garganta y prevenir la tos. El limón (con cáscara) y los arándanos (en cualquier presentación) también son muy útiles.

Algunas personas recomiendan una solución alcohólica de clorofilipt (una mezcla de clorofilas de hojas de eucalipto) para hacer gárgaras, pero las instrucciones del medicamento indican que “durante el embarazo y la lactancia, es posible el uso del medicamento, evaluando la relación beneficio-daño”…

Las inhalaciones también son eficaces en el tratamiento. Por ejemplo, con aceite de menta piperita (mentol) o bálsamo de Zvezdochka. Puede inhalar dos veces al día (mañana y noche) durante 15 minutos, cubriéndose la cabeza con una toalla, sobre patatas cocidas con piel, como hacían nuestras bisabuelas. Y para el dolor de garganta agudo, prepare una compresa tibia con alcohol (1 parte de alcohol y 2-3 partes de agua) y manténgala hasta que se seque por completo. También puede lubricar las amígdalas con tintura de propóleo o usar el aerosol Kameton (no hay datos fiables sobre la seguridad del aerosol Bioparox durante la gestación).

Para tratar la rinorrea, enjuáguese la nariz con agua salada o aplique una pipeta llena varias veces al día (la solución se prepara a razón de una cucharadita de sal por medio vaso de agua). Puede usar Aquamaris o No-Sol, que son soluciones de sal marina.

Se consigue un efecto positivo aplicando aceite tibio de oliva, espino amarillo o mentol en la nariz (2-3 gotas varias veces al día). También se deben mantener hisopos de algodón empapados en jugo de cebolla en las fosas nasales durante varios minutos, 3-4 veces al día. Muchas personas consiguen aliviar la rinitis incipiente casi desde el primer uso con el bálsamo "Zvezdochka", que se aplica en la piel cerca de la entrada de la nariz.

Para combatir la tos, lo mejor es beber leche no muy caliente, a la que se le añade miel natural y mantequilla. Debe beberse despacio y a pequeños sorbos. Un remedio popular eficaz para la tos es una decocción tibia de cáscara de manzana con miel o una decocción de higos en leche (4 bayas secas por 200 ml de leche). Para la tos seca, se puede tomar una infusión de tusílago (una cucharada tres veces al día), una infusión acuosa de malvavisco, prímula, pulmonaria o una decocción de tomillo (tomillo solo en el primer trimestre de gestación). Para una mejor eliminación de la flema al toser, se utilizan inhalaciones con soda o agua mineral Borjomi.

¿Qué medicamentos para el resfriado puedes tomar durante el embarazo?

Los médicos suelen recomendar medicamentos para el resfriado durante el embarazo: gotas nasales, aerosoles, mezclas, jarabes y pastillas para la tos. Su uso debe realizarse con mucha precaución.

Por ejemplo, las gotas, el ungüento y el espray Pinosol, a juzgar por los componentes indicados en las instrucciones, no son peligrosos durante el embarazo. Sin embargo, los aceites esenciales del medicamento (pino silvestre, menta piperita, eucalipto, timol y guaiazuleno [aceite de santonica]) pueden causar una reacción alérgica con inflamación de la mucosa nasal. Además, el butilhidroxianisol figura entre los ingredientes adicionales. Este es un aditivo alimentario utilizado para ralentizar la oxidación de las grasas. Esta sustancia puede tener un efecto tóxico en el organismo; su uso en la industria alimentaria está prohibido en la UE.

Los siguientes medicamentos para el resfriado están contraindicados durante el embarazo: Pertussin, Tussin Plus, Joset, Glycodin, Ascoril, Travisil, Bronholitin, ACC, Grippex, Codelac, Terpinkod. No se deben usar pastillas para el dolor de garganta o la tos: además de contener componentes vegetales, están repletas de sustancias químicas. Como escriben diplomáticamente sus fabricantes: «No existen contraindicaciones para el uso del medicamento durante el período gestacional; sin embargo, debe tomarse estrictamente según lo prescrito por el médico tratante, quien debe sopesar cuidadosamente los beneficios esperados para la madre y los posibles riesgos para el feto».

En cuanto al uso de supositorios durante el embarazo para el resfriado, por ejemplo, los supositorios Viferon se utilizan para infecciones virales respiratorias agudas (gripe, enfermedades respiratorias complicadas por infecciones bacterianas), neumonía, meningitis y sepsis, así como para infecciones urogenitales y herpes (incluido el herpes genital). Los supositorios rectales solo pueden usarse después de las 14 semanas de gestación. Este medicamento contiene interferón alfa-2 humano recombinante, ácido ascórbico y acetato de alfa-tocoferol, y tiene efectos antivirales, inmunomoduladores y antiproliferativos. Se utiliza para tratar diversas enfermedades infecciosas e inflamatorias en adultos y niños (incluidos recién nacidos). En forma de ungüento, Viferon se utiliza para tratar lesiones herpéticas de la piel y las membranas mucosas. El ungüento se aplica en una capa fina sobre las zonas afectadas de la piel de 3 a 4 veces al día durante 5 a 7 días.

Algunos médicos recetan Genferon. Al parecer, con la esperanza de que el interferón que contienen aumente la inmunidad de la mujer. Sin embargo, en primer lugar, Genferon solo se usa para infecciones urogenitales y enfermedades de los órganos genitales. En segundo lugar, los medicamentos con efecto inmunomodulador no pueden usarse durante el embarazo, ya que aún se desconoce su efecto en el feto.

La homeopatía se utiliza únicamente por recomendación médica. Así, el medicamento homeopático Stodal, compuesto principalmente por ingredientes herbales, actúa sobre diversos tipos de tos y tiene un efecto expectorante y broncodilatador. Sin embargo, como se indica en las instrucciones, se prescribe con precaución durante el embarazo y la lactancia, bajo estricta recomendación médica.

Las instrucciones de los supositorios homeopáticos Viburcol indican que «el embarazo no contraindica la prescripción del medicamento». Estos supositorios tienen efectos analgésicos, antiinflamatorios, sedantes y antiespasmódicos. Se prescriben en el tratamiento complejo de infecciones virales respiratorias agudas y otras infecciones no complicadas (incluso en recién nacidos), así como para procesos inflamatorios en los órganos otorrinolaringológicos y enfermedades inflamatorias del sistema genitourinario.

Prevención

Todas las medidas para prevenir los resfriados durante el embarazo son beneficiosas para la salud general de las futuras madres y sus bebés. Es necesario seguir unas sencillas reglas:

• Regla n.° 1: antes de cada salida del espacio vital, lubrique la mucosa nasal con ungüento oxolínico, que debe lavarse después de regresar a casa.
• Regla n.° 2: limitar las "visitas" a lugares públicos, especialmente durante el período de activación de infecciones "estacionales", no dudar en usar vendajes de gasa cuando visite instituciones médicas, evitar el contacto con personas resfriadas, incluso si son parientes cercanos.
• Regla n° 3 – endurecer el cuerpo con una ducha de contraste o vertiendo agua fría (+18-20°C) sobre los pies.
• Regla #4 – Actividad física y aire fresco: ejercicio y yoga, caminar al menos dos horas al día.
• Regla nº 5 – Una nutrición adecuada y tomar los complejos multivitamínicos recomendados por su médico.
• Regla nº 6 – normalización del funcionamiento intestinal, a lo que contribuirán verduras y frutas frescas, productos lácteos fermentados y pan de salvado.

De acuerdo, estas reglas deben seguirse para que un resfriado durante el embarazo no oscurezca este período especial en la vida de una mujer y su familia.