¿Necesitas motivación para aprender con éxito?

Resulta que las oscilaciones sistemáticas de los neurotransmisores mantienen el cerebro activo incluso sin motivación ni recompensas.

Se cree que la motivación es necesaria para un aprendizaje exitoso; por ejemplo, algún tipo de "recompensa por el esfuerzo". Por ejemplo, durante el entrenamiento, a un animal se le da un trozo de azúcar u otra golosina como recompensa por obedecer una orden. Muchos padres dan a sus hijos dulces o regalos por sus excelentes calificaciones o por completar las tareas. Sin embargo, estas recompensas no siempre están justificadas. Lo cierto es que, en otras circunstancias, los mismos niños memorizan mucha más información sin ninguna recompensa. Representantes de la Universidad de Nueva York y la Universidad de Pekín decidieron comprender si el cerebro puede aprender nuevos conocimientos sin esperar una recompensa. Es importante destacar que la recompensa es la que brinda la satisfacción largamente esperada, y esta sensación se debe a la acción de todo un complejo de centros cerebrales que se comunican entre sí mediante el neurotransmisor dopamina. Este sistema se activa no tanto por la sensación de placer como por su expectativa, la anticipación del placer. Esto da lugar a la idea de que el cerebro controla la motivación y que el aprendizaje exitoso es imposible sin ella.

Sin embargo, este mecanismo carece de otro neurotransmisor, la acetilcolina. La idea es que la dopamina y la acetilcolina se comportan de forma contrarrestada: la sensación de satisfacción placentera produce un aumento repentino de dopamina y una disminución de los niveles de acetilcolina.

El estudio se realizó con roedores que giraban una rueda cerrada, recibiendo periódicamente agua como estímulo. Al recibir agua, los roedores experimentaron una liberación de dopamina y una disminución en el nivel de acetilcolina. Los especialistas observaron a los animales no solo en estos momentos, sino durante todo el experimento. Se observó que estas oscilaciones de neurotransmisores se observaban constantemente, independientemente de si recibían una recompensa o no. La frecuencia de las oscilaciones era de aproximadamente dos veces por segundo. De hecho, la oscilación era más pronunciada al recibir la recompensa, pero incluso sin ella, el cerebro siempre estaba listo para recibir nueva información y la capacidad de aprender.

Los científicos han rastreado las oscilaciones de neurotransmisores en el cuerpo estriado, ubicado en la parte más anterior del cerebro. Hoy en día, es importante para la ciencia comprender cómo los procesos de memoria dependen de la amplitud y frecuencia de las oscilaciones de neurotransmisores sin el uso de recompensas, así como qué otros factores influyen en la eficacia del aprendizaje.

En general, la motivación es simplemente un incentivo para realizar alguna acción. Así, un motivo determinado (una recompensa) induce a una persona o un animal a hacer algo (realizar una tarea). Un dulce actúa como incentivo para que un niño aprenda una lección. Sin embargo, si una persona se fija inicialmente una meta, la recompensa será un recordatorio de esa meta, y el motivo será la meta misma. Por ejemplo, un niño hace sus tareas para obtener una buena nota, que es la meta. Y los recordatorios al respecto servirán como motivación.

Fuente de información: revista Nature