Métodos de prevención de las ITS/VIH

La prevención y el control de las ETS se basan en cinco conceptos clave: primero, educar a las personas en riesgo para prevenir la infección por ETS; segundo, identificar a las personas asintomáticas o que presentan síntomas de ETS pero es poco probable que busquen atención médica; tercero, proporcionar un diagnóstico y tratamiento eficaces a las personas infectadas; cuarto, realizar pruebas, tratar y asesorar a las parejas sexuales de personas con ETS; y quinto, proporcionar vacunación preventiva a las personas en riesgo. Si bien este documento se centra principalmente en la prevención secundaria, es decir, los aspectos clínicos del control de las ETS, el principal medio para prevenirlas es mediante cambios en el comportamiento sexual. Además, dado que el control de las ETS reduce la probabilidad de transmisión a una pareja, la prevención de la infección por ETS en las personas resulta en la prevención de la enfermedad en la comunidad en su conjunto.

Los médicos y otros profesionales sanitarios desempeñan un papel importante en la prevención de las ETS. Además, al tratar a pacientes con ETS causadas por bacterias o protozoos para interrumpir la transmisión, los profesionales sanitarios tienen la oportunidad de educar y asesorar a los pacientes, así como de participar en la identificación y el tratamiento de las parejas sexuales infectadas. La capacidad de los profesionales sanitarios para obtener una historia sexual precisa es esencial para la atención preventiva. Se ofrece orientación sobre este tema en la sección sobre Sexualidad y Salud Reproductiva de la guía sobre Tecnología Anticonceptiva. El diagnóstico preciso y la notificación oportuna por parte de los médicos son esenciales para una vigilancia eficaz.

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Recomendaciones para pacientes sobre la prevención de las ETS

Prevenir la propagación de las ETS requiere que las personas con riesgo de transmitir o contraer la enfermedad modifiquen su comportamiento. El primer paso necesario es incluir preguntas adecuadamente formuladas sobre la historia sexual del paciente al realizar la historia clínica. Una vez identificados los factores de riesgo, el profesional de la salud puede ofrecer recomendaciones para prevenir las ETS. Las recomendaciones eficaces requieren habilidades de comunicación (p. ej., la capacidad de ser respetuoso, compasivo y sin prejuicios). Las técnicas de comunicación eficaces incluyen el uso de preguntas abiertas, el uso de términos que el paciente comprenda y asegurarle que se le brindará el tratamiento independientemente de su capacidad de pago, ciudadanía, estatus migratorio, idioma o estilo de vida.

La entrevista debe considerar los factores de riesgo específicos del paciente. Se deben describir las medidas específicas que debe tomar para evitar contraer o propagar una ETS (incluida la abstinencia de relaciones sexuales si presenta síntomas de una ETS).

Infección de transmisión sexual

La manera más eficaz de prevenir la transmisión sexual del VIH y otras ITS es abstenerse de tener relaciones sexuales con parejas infectadas. Se recomienda encarecidamente la abstinencia de relaciones sexuales con penetración a las personas que reciben tratamiento para ITS o cuyas parejas lo reciben, así como a quienes desean evitar las consecuencias de las relaciones sexuales (es decir, la infección por ITS/VIH y el embarazo). Se ofrece una explicación más detallada de la abstinencia en Tecnología Anticonceptiva.

• Ambos miembros de la pareja deben realizarse pruebas de detección de ITS y VIH antes de tener relaciones sexuales.
• Si una persona decide tener relaciones sexuales con una pareja cuyo estado de infección se desconoce, o con alguien que está infectado con VIH u otra ITS, debe usar un condón de látex nuevo para cada acto sexual.

Usuarios de drogas intravenosas

Las recomendaciones para los usuarios de drogas intravenosas (UDI) son las siguientes:

• Iniciar o continuar un programa de tratamiento de adicción a las drogas.
• Bajo ninguna circunstancia se debe utilizar material de inyección (jeringas, agujas) si ya ha sido utilizado por otra persona.
• Si hay un programa de intercambio de agujas en la zona, se deben obtener agujas limpias.
• Las personas que sigan usando jeringas o agujas ya usadas deben limpiarlas primero con lejía y agua. (La desinfección con lejía no esteriliza el equipo y no garantiza la inactivación del VIH. Sin embargo, la limpieza rutinaria del equipo de inyección reducirá la transmisión del VIH si se comparte entre varias personas).

Vacunación preventiva

La vacunación preventiva es uno de los métodos más eficaces para prevenir la transmisión de ciertas ETS. La infección por el virus de la hepatitis B suele transmitirse por vía sexual, y se recomienda la vacunación contra la hepatitis B a todos los pacientes no vacunados que se sometan a pruebas de detección de ETS. Recientemente se han autorizado dos vacunas contra la hepatitis A en Estados Unidos. La vacunación contra la hepatitis A se recomienda para varios grupos de pacientes que acudan a una clínica de ETS, incluyendo hombres homosexuales y bisexuales, y personas que consumen drogas. Se están probando vacunas contra otras ETS y podrían estar disponibles en los próximos años.

Métodos de prevención de ETS/VIH

Condones masculinos

Cuando se usan de forma sistemática y correcta, los condones son muy eficaces para prevenir diversas ITS, incluida la infección por VIH. Numerosos estudios de cohorte, incluidos estudios de parejas serodiscordantes, han demostrado un efecto protector significativo de los condones contra la infección por VIH. Dado que los condones no cubren todas las superficies con riesgo de infección, son más eficaces para prevenir infecciones transmitidas por contacto con las mucosas que por contacto piel con piel. Los condones están clasificados como dispositivos médicos y son probados por la FDA. La integridad de cada condón de látex fabricado en Estados Unidos se prueba electrónicamente antes de su envasado. En Estados Unidos, la incidencia de roturas de condones durante el uso es baja (2 de cada 100). Las fallas de los condones suelen deberse a un uso inconsistente o incorrecto, más que a la rotura del condón.

Para prevenir eficazmente las ITS, se debe recomendar a los pacientes el uso correcto y constante del preservativo. También se les debe instruir sobre cómo usarlo correctamente. Las siguientes pautas ayudarán a garantizar el uso correcto del preservativo masculino:

• Utilice sólo un condón nuevo cada vez que tenga relaciones sexuales.
• Manipule el condón con cuidado para evitar dañarlo con uñas, dientes u otros objetos afilados.
• Colocar un condón en el pene en estado de erección y antes de cualquier contacto genital con la pareja.
• Asegúrese de que no quede aire al final del condón.
• Asegúrese de tener suficiente lubricación durante las relaciones sexuales y es posible que necesite utilizar lubricantes adicionales.
• Use únicamente lubricantes a base de agua (como KY Jelly™ o glicerina) con condones de látex. No use lubricantes a base de aceite (como vaselina, aceites minerales, cremas de masaje, lociones corporales o aceites de cocina), ya que degradarán el látex.
• Para evitar que se resbale después de la relación sexual, sujete el condón firmemente por la base del pene al retirarlo y retírelo mientras el pene esté erecto.

Condones femeninos

Estudios de laboratorio han demostrado que el condón femenino (Reality™), una funda de poliuretano lubricada con un anillo en ambos extremos que se coloca en la vagina, es una barrera mecánica eficaz contra los virus, incluido el VIH. Salvo pequeños estudios sobre tricomoniasis, los estudios clínicos que evalúan la eficacia del condón femenino para prevenir el VIH y otras ITS son incompletos. Con un uso constante y correcto, el condón femenino debería reducir significativamente el riesgo de ITS. En situaciones donde no se pueda usar un condón masculino, la pareja debería usar un condón femenino.

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Condones y espermicidas

No existe evidencia de que los condones lubricados con espermicidas sean más eficaces para prevenir la transmisión del VIH y otras ITS que los condones con cualquier otro lubricante. Además, el uso de condones recubiertos con espermicidas se ha asociado con la infección del tracto urinario por Echechia coli en mujeres jóvenes. No existe evidencia de que el uso de condones con aplicación de espermicidas sea más eficaz que el uso de condones sin espermicidas. Por lo tanto, se recomienda el uso correcto de condones sin lubricantes, así como con lubricantes espermicidas o con espermicidas insertados en la vagina.

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Espermicidas vaginales, esponjas y diafragmas

Se ha demostrado que los espermicidas vaginales usados sin condón reducen el riesgo de gonorrea cervical y clamidia en varios ensayos controlados aleatorizados. Sin embargo, no brindan protección contra la infección por VIH y no se recomienda el uso de espermicidas en la prevención del VIH. Las esponjas anticonceptivas vaginales brindan protección contra la gonorrea cervical y la clamidia, pero su uso aumenta el riesgo de candidiasis. Se ha demostrado que los diafragmas brindan protección contra la gonorrea cervical, la clamidia y la tricomoniasis, pero solo en estudios transversales y de casos y controles; no se han realizado estudios de cohorte. Los espermicidas, esponjas o diafragmas vaginales no deben usarse para proteger a las mujeres de la infección por VIH. No se ha estudiado el papel de los espermicidas, esponjas o diafragmas en la prevención de ITS en hombres.

Anticoncepción sin barrera, esterilización quirúrgica, histerectomía

Las mujeres que no corren riesgo de embarazo pueden creer erróneamente que no pueden contraer ITS, incluido el VIH. Los métodos anticonceptivos sin barrera no protegen contra las ITS ni el VIH. Los anticonceptivos hormonales (anticonceptivos orales, Norplant™, Depo-Provera™) se han asociado con un aumento en las tasas de ITS cervicales e infección por VIH en varios estudios de cohorte, pero no todos los estudios han confirmado estos hallazgos. Las mujeres que usan anticonceptivos hormonales (anticonceptivos orales, Norplant™, Depo-Provera™) y se han sometido a una esterilización quirúrgica o histerectomía deben recibir asesoramiento sobre el uso del preservativo y su riesgo de contraer ITS, incluido el VIH.

Asesoramiento sobre prevención del VIH

Conocer el estado serológico respecto al VIH y brindar la consejería adecuada desempeña un papel fundamental para motivar el cambio de comportamiento. Por lo tanto, la consejería para la prevención del VIH se considera una intervención fundamental en la estrategia de prevención, aunque no se puede evaluar con precisión su eficacia para reducir las conductas de riesgo. Al garantizar el éxito de la consejería y la orientación adecuada del paciente, el profesional de la salud podrá evaluar correctamente su nivel de riesgo y ayudarle a desarrollar un plan de prevención del VIH individual y realista.

El asesoramiento para la prueba del VIH consta de dos fases principales: preprueba y postprueba. Durante la preprueba, el profesional de la salud debe evaluar el riesgo individual del paciente, explicar el significado de los resultados positivos y negativos, obtener el consentimiento informal para la prueba y ayudar al paciente a desarrollar un plan realista y personalizado de reducción del riesgo. Durante la postprueba, el profesional de la salud debe informar al paciente sobre los resultados, explicar el significado de los hallazgos y explicar las recomendaciones de prevención. Si el resultado es positivo, en la postprueba se debe abordar la derivación a atención de seguimiento y, si corresponde, a servicios sociales y psicológicos. Para los pacientes VIH seronegativos que siguen en riesgo de contraer el VIH, la derivación a otros servicios de asesoramiento o prevención también puede ser útil.

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