El amor empieza con el sexo.

Mientras poetas y escritores predican que el amor nace del corazón, los científicos han descubierto que nace directamente de la pasión, es decir, que empieza a intensificarse tras el contacto sexual. Y esto ocurre a nivel cerebral. Así, un nuevo estudio ha demostrado que las mismas áreas del cerebro que controlan el amor también controlan el deseo sexual. Por lo tanto, el deseo sexual puede convertirse en amor. Esto es cierto. Si una mujer tiene relaciones sexuales con un hombre, puede enamorarse rápidamente de él.

Investigadores de la Universidad Concordia de Montreal afirman que el amor y el sexo están entrelazados, pero son diferentes. Por ejemplo, se puede tener sexo sin amor. Pero el sexo también puede ser el comienzo de una relación maravillosa. Entonces, ¿cómo funciona todo esto? El lóbulo central y el cuerpo estriado desempeñan un papel tanto en la atracción sexual como en el amor. El lóbulo central influye en las emociones, y el cuerpo estriado recibe mensajes de la corteza cerebral. Para conectar el sexo con el amor, los investigadores analizaron 20 estudios de resonancia magnética. Observaron las áreas del cerebro que se activan cuando una persona está enamorada. Luego, compararon los resultados de todos los estudios y descubrieron qué partes del cerebro estaban activas.

Así, descubrieron que tanto el amor como el deseo sexual se solapan en ambas partes del cerebro. Curiosamente, durante el orgasmo y la anticipación de un postre delicioso, se activa la misma señal en el cerebro. En cuanto al amor, su señal es la misma que la de un drogadicto al consumir drogas. Sin embargo, lo más interesante es la relación entre la pasión sexual y el amor. Estos sentimientos no están separados. Y, por supuesto, incluso si el amor a primera vista se da, no será platónico por mucho tiempo, y después del sexo se intensificará con mayor fuerza.

[ 1 ]