La eutanasia cumple 10 años

Hace 10 años, Bélgica y los Países Bajos se convirtieron en los primeros países del mundo en legalizar la eutanasia. Hoy, con la ayuda de los médicos de estos países, fallecen hasta 4.000 personas al año.

A lo largo de los años, las leyes han permanecido iguales, pero la opinión pública ha cambiado, al igual que la actitud de los médicos hacia la interpretación de la ley.

La eutanasia por inyección está permitida en los Países Bajos para pacientes con plenas facultades mentales, pero cuyo sufrimiento se ha vuelto insoportable e interminable debido a una enfermedad incurable. Al principio, esto parecía ambiguo, pero con el tiempo se está aclarando, afirma Eric van Wijlik, de la Real Sociedad Holandesa de Médicos.

El año pasado, se concedió la eutanasia a un paciente con Alzheimer por primera vez. En 2002, nadie se habría atrevido a pensarlo, afirma Walburg de Jong, de Right-to-Die NL.

La gran mayoría de los 3136 pacientes tratados en los Países Bajos en 2010 se encontraban en las últimas etapas del cáncer. Alrededor del 80 % optó por morir en casa. Por eso, el país puso en marcha hace apenas un mes seis equipos móviles que se presentan en la habitación del condenado si el médico local se niega a ejecutar la ejecución autorizada. Sus servicios ya se han utilizado 100 veces.

Algunos critican esta práctica reciente, ya que la eutanasia debería considerarse un último recurso. Y no a toda persona gravemente enferma que decide morir se le debería conceder este derecho incondicionalmente. Si el policía local se niega, ¿podría tener alguna opinión al respecto?

Los Países Bajos promulgaron la ley en abril de 2002, y Bélgica siguió su ejemplo unos meses después. La legalización de la eutanasia estuvo precedida por un largo debate entre cristianos y humanistas laicos. Hasta la fecha, la actitud hacia este tipo de suicidio sigue siendo ambigua. Sin embargo, en 2011, 1133 personas se quitaron la vida de esta manera, el 1 % del total de muertes. La gran mayoría (81 %) eran flamencos. Probablemente, la proximidad cultural con los neerlandeses influya en este hecho.

Dicen que en las familias que se preparaban para la eutanasia de sus familiares, surgieron peculiares rituales de despedida, como, por ejemplo, la última cena. Algo similar practicaban los patricios romanos, a quienes César les impuso una sentencia de muerte. Se abrían las venas en un banquete en presencia de amigos, sin interrumpir las conversaciones filosóficas ni la lectura de poesía.

Aunque la mayoría de los países todavía rechazan la eutanasia, muchos de ellos tienen, por así decirlo, formas suaves de asesinato legalizado, cuando, por ejemplo, un paciente tiene derecho a rechazar atención médica.