La obsesión por el deporte es una adicción física similar a la drogadicción

En la sociedad moderna, toda persona que lleva un estilo de vida saludable sin duda visita un gimnasio. Todos sabemos que es necesario e importante desarrollar el cuerpo físicamente. Pero ¿qué le pasa a alguien que se agota con entrenamientos diarios, pasando 5 o 6 horas en el gimnasio?

Investigadores de la Universidad Tufts (Massachusetts) han determinado que la obsesión por el deporte crea una adicción física similar a la drogadicción. Esto se confirmó experimentalmente al estudiar el comportamiento de ratas de laboratorio colocadas en una jaula con una rueda para correr. Tras un par de semanas, los roedores se dividieron en dos grupos: los que corrían vigorosamente en la rueda y los que eran pasivos. Cada grupo se dividió en dos: al primero se le dio acceso a comida durante una hora al día, mientras que al segundo no se le limitó el consumo. Posteriormente, se administró a las ratas naltrexona, que bloquea la sensación de euforia de la droga y causa síntomas de abstinencia. Como resultado, las ratas que antes corrían activamente experimentaron escalofríos, se retorcían y rechinaban los dientes. Las ratas que no tenían muchas ganas de hacer ejercicio respondieron débilmente a la sustancia administrada.

Los investigadores creen que la pasión excesiva por el deporte induce la producción de hormonas del placer: endorfinas y dopamina. Los atletas pueden experimentar la misma sensación que los drogadictos al consumir heroína o morfina. Los médicos han denominado a este fenómeno «adicción al deporte».

La mayoría de nosotros empezamos a hacer ejercicio por moda. Los hombres van al gimnasio para ganar músculo, y las mujeres con la esperanza de perder peso. Y todo iría bien si no fuera por esa fina línea, al llegar a la cual empiezas a sentir éxtasis y ya no puedes parar.

Estas personas experimentan molestias físicas y trastornos nerviosos al interrumpir sus entrenamientos. A menudo, estos síntomas se presentan en quienes combinan un programa de pérdida de peso con un entrenamiento físico intenso. Los expertos han acuñado el término "anorexia atlética", en el que las actividades deportivas se convierten en una pasión obsesiva. Una persona se mira al espejo demacrada, pero ve un cuerpo gordo y poco atractivo. En este caso, el problema es más bien psicológico, cuando, por miedo a engordar o a perder el peso adquirido, la persona se agota con las actividades deportivas.

No hablamos de grandes deportes, donde a veces todos los medios son buenos para lograr resultados. Donde un atleta entrena al límite de lo imposible, toma suplementos no siempre útiles y se ve obligado a olvidarse del dolor y las lesiones. El mundo del dinero tiene sus propias reglas.

Hablamos de ti y de mí. Analízate a ti mismo, a tu comportamiento y a tu bienestar. Quizás estés experimentando los primeros síntomas de sobreentrenamiento:

• fatiga rápida;
• te resulta difícil recuperarte antes de tu próximo entrenamiento;
• el corazón late más rápido en reposo y por la mañana;
• falta de apetito después del entrenamiento y durante el descanso;
• duelen los músculos y las articulaciones;
• dolor de cabeza;
• aparecen náuseas;
• sufre de insomnio;
• la inmunidad disminuye;
• Se producen trastornos gastrointestinales.

Si sientes algo así después de entrenar, entonces definitivamente necesitas un buen descanso sin actividad física.

Cuando renuncias fácil y felizmente a la comida, al sueño, a la comunicación con los amigos, al sexo, a ver tu programa favorito por otro viaje al gimnasio, cuando el deporte se convierte en el sentido de la vida y empuja todo a un segundo plano, necesitas hacer sonar la alarma.

Para evitar obsesionarse con el deporte, consulta con un especialista antes de comenzar tus entrenamientos para crear tu programa de entrenamiento individual.

[ 1 ]