Adelgazar sin hacer dieta es realista

Muchas personas que luchan con el exceso de peso saben que es necesario seguir una dieta estricta y hacer ejercicio, y se mostrarán escépticas ante las promesas de que la grasa desaparecerá por sí sola durante el sueño o el descanso.

Pero para la ciencia, prácticamente nada es imposible, y los científicos han encontrado un “interruptor” genético que está integrado en cada célula grasa, cuando se expone a él, el metabolismo comienza a ocurrir más rápido y como resultado el cuerpo empieza a quemar el exceso de grasa, sin siquiera requerir ejercicio físico.

Estudios realizados en roedores de laboratorio han demostrado que el nuevo método es muy eficaz: después de activar el “interruptor”, los ratones perdieron casi la mitad de su peso.

Durante el estudio de la grasa humana, se descubrió que el "interruptor" genético también podría utilizarse para tratar la obesidad en humanos.

Este efecto sobre los genes se descubrió hace relativamente poco, por lo que serán necesarios varios años más de pruebas antes de que el método se utilice ampliamente.

Hoy en día, la obesidad es un problema grave, con más de medio millón de personas que la padecen en todo el mundo. Solo en Estados Unidos, se gastan 200 mil millones de dólares anuales en el tratamiento de la obesidad. La obesidad es la causa de la mayoría de las muertes, y el sobrepeso puede causar enfermedades cardíacas y vasculares, diabetes y cáncer.

Un profesor de la Universidad de Cambridge señaló que la obesidad es la lacra de la sociedad moderna y que si fuera posible controlar el metabolismo a nivel genético, sería una verdadera salvación.

En estudios anteriores, los científicos descubrieron que el gen FTO tiene un fuerte vínculo con la obesidad, pero hasta hace poco, los expertos no pudieron determinar el principio de acción de estos genes y cómo sus mutaciones afectan el peso de una persona.

En el último trabajo, los científicos han identificado dos genes intracelulares más, IRX3 e IRX5, que están involucrados en el proceso metabólico.

Para perder peso es necesario quemar más calorías de las que se consumen, por lo que una persona que quiera perder peso necesita no sólo seguir una dieta, sino también hacer ejercicio.

Existe otro proceso de quema de grasa en el cuerpo llamado termogénesis, que se activa en determinadas condiciones, por ejemplo, en clima frío este proceso ayuda a mantener calientes los órganos internos.

Los genes IRX3 e IRX5 son los "interruptores" que activan el proceso de termogénesis. Estudios con roedores de laboratorio revelaron que la inhibición del gen IRX3 aumenta la quema de energía y promueve la pérdida de peso, sin que se les limitara la alimentación ni aumentara su actividad física. Además, se observó que los ratones eran resistentes a los alimentos grasos.

Estudios en células grasas humanas han demostrado que silenciar los genes mencionados mejora la quema de grasa en personas con predisposición genética a la obesidad. También se ha establecido una relación inversa: cuando se activan IRX3 e IRX5, la tasa de quema de grasa se reduce en personas sin predisposición a la obesidad.

Los científicos afirman que el descubrimiento es significativo. La obesidad podría estar relacionada con cambios en el cuerpo a nivel celular, y la intervención genética podría ser un complemento importante a la dieta y el ejercicio.

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