¿Cuál es la naturaleza de la bulimia nerviosa?

Aunque el término " bulimia nerviosa " fue acuñado por Gerald Russell en 1979, recién hace poco los investigadores han intentado descubrir la causa de esta "novedosa" enfermedad, de la que nadie había oído hablar antes porque simplemente no existía.

¿Qué ha afectado tan profundamente a la naturaleza humana en tan poco tiempo? ¿Es posible combatir este factor desconocido?

La bulimia nerviosa es una enfermedad inusual en muchos sentidos. Su grupo de riesgo son principalmente las chicas de 13 a 20 años. Antes de su primera descripción, realizada en 1979, quienes la padecían solían ser consideradas víctimas de anorexia, otra enfermedad nerviosa asociada a los trastornos alimentarios. Pero si la anorexia disminuye la sensación de hambre, la bulimia nerviosa, por el contrario, provoca ataques repentinos de sobrealimentación. Tras estos, el paciente intenta inducir el vómito para evitar el sobrepeso, al que le produce pánico. Incluso después de repetidas explicaciones del médico sobre la inutilidad de estos procedimientos para combatir el sobrepeso, las personas con bulimia continúan atormentándose con estos "ejercicios".

Pero eso no es lo peor. Algunas personas desafortunadas desarrollan lo que parece ser una enfermedad de reflujo gastroesofágico de origen psicológico, cuando el estómago expulsa inconscientemente parte de la comida que ingieren al esófago. Esto, por supuesto, afecta a este órgano, que no está acostumbrado al ácido clorhídrico. Lo peor es que algunos pacientes con bulimia desarrollan problemas psicológicos y psiquiátricos más graves, incluido el suicidio. Todo esto ocurre a pesar de que las víctimas de bulimia no solían superar (o solo superaban ligeramente) su peso natural, característico de su tipo de cuerpo. En otras palabras, estaban perfectamente bien. Y de repente...

J. Russell y sus colegas realizaron una extensa investigación histórica para intentar establecer los casos más tempranos. Los hallazgos fueron extraños: no se encontraron síntomas claros de bulimia en ninguna persona hasta la década de 1960. Es decir, mientras que la anorexia se ha rastreado claramente desde la Edad Media, la bulimia no se registra en ninguna fuente. La construcción de pirámides de edad de los pacientes arrojó resultados aún más desalentadores: solo las personas nacidas después de 1950 tenían alguna probabilidad de desarrollar la enfermedad; esta probabilidad se volvió grave solo para quienes nacieron después de 1958.

¿Muecas feas de la época? Síndrome de Twiggy: así describían los médicos la bulimia en la década de 1980. De hecho, la primera supermodelo de la era moderna, nombrada "Rostro del Año" en Gran Bretaña en 1966, también se convirtió en la primera heroína cultural femenina con proporciones tan antinaturales. "Reed", como se traduce su seudónimo del inglés, con una altura de 169 cm, ¡pesaba 40 kg! La presión ejercida por las imágenes de supermodelos de una elegancia antinatural en la psique de las masas afectó gravemente la popularidad de la anorexia: según las estadísticas, el número de casos de esta enfermedad se disparó a partir de la segunda mitad de la década de 1960.

Pero Twiggy dejó la pasarela en 1970, a los 20 años. ¿Es posible que cuatro años de "actividad" de un adolescente queden grabados para siempre en la conciencia de las masas? ¿Acaso Ilich lo hizo mejor durante sus cuatro años en el poder? ¡No! Por alguna razón, nadie, ni siquiera el leninista más fiel, se afeita la cabeza artificialmente.

También se encontraron otras inconsistencias. Resultó que los gemelos, uno de los cuales sufrió bulimia entre los 13 y los 20 años (y este es el grupo de mayor riesgo), tenían una probabilidad de que el otro padeciera la enfermedad de más del 70 %. Sin embargo, la suposición de una predisposición genética tuvo que descartarse cuando se descubrió que este patrón solo se aplica en los casos en que los gemelos se criaron juntos.

La situación más extraña se reveló al analizar la distribución por países. En primer lugar, varios países a lo largo de la historia conocida han tenido estándares de apariencia femenina muy similares a los de Twiggy. Japón es un ejemplo de ello. Esto se debe, en gran medida, a las particularidades de la dieta japonesa. Recordemos: según las mediciones, hasta la década de 1970 en Japón (sin contar a los luchadores de sumo) prácticamente no había casos de sobrepeso. Pero tampoco había bulimia, cuyo primer caso se registró en 1981. Actualmente, sin embargo, alrededor del 2% de las mujeres locales de entre 13 y 20 años padecen esta afección. Obviamente, el síndrome de Twiggy no es el culpable: las japonesas de hoy son inferiores a las europeas en cuanto a la relación altura-peso, y muchas de ellas son como Twiggy en la cima de su fama en los años 60.

En estudios recientes, expertos de Oxford (Reino Unido) han sugerido que, al estudiar la enfermedad, se confundían las causas con los efectos. Parece que no es el exceso de comida lo que provoca el vómito inducido, sino lo contrario: la pérdida de nutrientes causada por una dudosa "depuración" del cuerpo provoca ataques de apetito voraz, con los que el cuerpo simplemente intenta normalizar la situación. En otras palabras, la constitución física de una persona no tiene nada que ver con su deseo de "perder" peso mediante métodos extremos.

Además, si antes se aceptaba que la propagación de la bulimia estaba directamente relacionada con el desarrollo económico del país, ahora esto parece olvidarse. Según estadísticas médicas, tras la aparición de la televisión en la provincia fiyiana de Nadroga-Navosa, el porcentaje de mujeres con bulimia en edad de riesgo aumentó de cero en 1995 (antes de la televisión) al 11,8 % en 1998 (tres años después de su aparición).

Un estudio minucioso de las estadísticas de países en desarrollo llevó a los expertos a la conclusión de que si los medios de comunicación estatales son angloparlantes, la bulimia se presenta incluso en los lugares más pobres, como las Islas Fiyi. Y cuanto mayor es el aislamiento lingüístico y cultural de la población de un estado o provincia en particular, con menor frecuencia se produce este fenómeno. Por ejemplo, en Portugal, ningún estudio ha revelado nada más allá del 0,3%, lo que es casi cuarenta veces menor que las cifras fiyianas. Y esto a pesar de que el PIB per cápita en Fiyi es cinco veces menor que en Portugal. Científicos británicos han reconocido a Cuba como el mejor ejemplo de aislamiento cultural y lingüístico entre los países con estadísticas médicas abiertas. No se ha registrado allí ni un solo caso de bulimia nerviosa, a pesar de que incluso según la CIA, hay más personas adineradas allí que en Fiyi.

Según explican los investigadores, lo más probable es que el discurso se refiera a las muestras características de la cultura angloamericana moderna en su conjunto. Y Twiggy, aquí, es solo una gota de agua en la que se refleja el sol.