La educación aumenta el bienestar, pero la inteligencia puede reducirlo

En un estudio reciente publicado en la revista NPJ Mental Health Research, los investigadores examinan la relación causal entre el nivel educativo, la inteligencia y el bienestar.

Efectos a largo plazo de la educación

La educación es esencial para adquirir conocimientos, habilidades laborales y sociales que, en conjunto, preparan a los jóvenes para la vida adulta. Por lo tanto, el nivel educativo es un determinante importante de la situación laboral, la seguridad financiera, el estado civil y la salud en la vida adulta.

La literatura existente apoya una relación causal entre el nivel educativo y el tabaquismo, el sedentarismo, el índice de masa corporal (IMC), el riesgo de suicidio, el insomnio y el trastorno depresivo mayor. Sin embargo, no se ha establecido una relación causal entre el nivel educativo y el bienestar.

El nivel educativo está estrechamente correlacionado con muchos aspectos de la inteligencia, como la memoria y el aprendizaje, la velocidad de procesamiento y el razonamiento abstracto, verbal y espacial. Por el contrario, los estudios observacionales indican una asociación negativa entre la inteligencia y el bienestar tras controlar otros factores, como los ingresos y la educación de los padres.

Acerca del estudio

En el estudio actual, los investigadores utilizan un enfoque de aleatorización mendeliana de dos muestras para examinar las asociaciones causales e independientes de la educación y la inteligencia con el bienestar.

Los métodos de aleatorización mendeliana utilizan datos genéticos a nivel de grupo para identificar posibles relaciones causales. En estudios de aleatorización mendeliana de dos muestras, las asociaciones entre una variable genética instrumental, también denominada variable predictora, y el tratamiento y el resultado se determinan a partir de diferentes muestras no superpuestas. Además, los datos a nivel de grupo se utilizan para obtener la estimación de la aleatorización mendeliana.

Los hallazgos genéticos se complementaron con el uso de datos observacionales a largo plazo para examinar más a fondo la asociación entre el nivel educativo y el bienestar para aclarar posibles diferencias de género, tendencias no lineales y efectos moderadores de la inteligencia.

Observaciones importantes

Los resultados de la aleatorización mendeliana univariante mostraron una fuerte asociación causal y bidireccional entre el nivel educativo y la inteligencia. La magnitud de este efecto fue el doble para el nivel educativo sobre la inteligencia.

El análisis de aleatorización mendeliana reveló un pequeño efecto causal positivo del nivel educativo sobre el bienestar. También se observó un efecto causal del bienestar sobre el nivel educativo.

El estudio actual utilizó una novedosa herramienta genética para identificar los efectos causales del bienestar. Esta herramienta incluye cuatro rasgos de bienestar: satisfacción vital, estado de ánimo positivo, neuroticismo y síntomas depresivos, que en conjunto se denominan el espectro del bienestar.

El estudio actual halló un aumento del bienestar de 0,057 por cada 3,6 años de escolaridad. El análisis de aleatorización mendeliana también halló un efecto causal del bienestar sobre la inteligencia, pero no un efecto causal de la inteligencia sobre el bienestar. La magnitud de este efecto fue similar a la observada para el nivel educativo.

Se encontraron efectos causales independientes de la educación y la inteligencia sobre el bienestar. En concreto, la educación se asoció con efectos positivos, mientras que la inteligencia se asoció con efectos negativos.

Tras controlar la inteligencia, se observó un efecto causal positivo de la predisposición genética a niveles educativos más altos en el bienestar. Sin embargo, se observó un efecto negativo de la inteligencia en el bienestar tras controlar el nivel educativo.

Análisis adicionales mostraron una asociación independiente entre el bienestar y el nivel educativo tras controlar la inteligencia. De igual manera, se encontró una asociación independiente entre la inteligencia y el nivel educativo tras controlar el bienestar.

Datos de observación a largo plazo

Los datos observacionales se recopilaron del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC), un estudio de cohorte prospectivo realizado en el Reino Unido. No se observaron diferencias significativas en las puntuaciones de felicidad entre los participantes con y sin título universitario. Sin embargo, los participantes con título universitario presentaron puntuaciones de satisfacción vital significativamente más altas.

Estas observaciones sugieren que los niveles más altos de educación, definidos como tener al menos un título universitario, no predicen la felicidad subjetiva pero pueden predecir una mayor satisfacción con la vida.

Las mujeres con estudios universitarios mostraron una satisfacción vital significativamente mayor que quienes no la tenían, aunque este efecto fue menos pronunciado entre los hombres con y sin estudios universitarios. Mientras que las mujeres con estudios universitarios reportaron mayor felicidad subjetiva, los hombres con estudios universitarios reportaron menor felicidad subjetiva.

Una mayor inteligencia se asoció con una menor felicidad subjetiva y una mayor satisfacción vital. Las comparaciones de género mostraron que los hombres con puntuaciones de inteligencia más bajas presentaban una mayor felicidad subjetiva.

Importancia del estudio

El presente estudio combina datos genéticos y observacionales para determinar las relaciones causales entre el nivel educativo, la inteligencia y el bienestar. Los resultados revelaron una relación causal bidireccional entre el nivel educativo y el bienestar, donde el bienestar tiene un mayor efecto sobre el nivel educativo.

El impacto negativo de la inteligencia sobre el bienestar sugiere que los estudiantes altamente inteligentes tienen mayor riesgo de experimentar estrés académico y que se necesita apoyo adicional para su bienestar y aliviar este estrés.