Cuanta más mucosidad haya en el sistema respiratorio, más protegido estará el virus de la gripe

La mucosidad y la flema que se acumulan en las vías respiratorias crean una especie de protección contra el virus de la gripe al salir del sistema respiratorio. Esta conclusión fue alcanzada por científicos de las universidades de Pittsburgh y Virginia. Presentaron los resultados de su trabajo en el sitio web de la Universidad de Pittsburgh.

En la mayoría de los países europeos, así como en Estados Unidos, el virus de la gripe se vuelve más activo con la llegada del invierno. Esto se explica en parte por el aumento del tiempo que las personas pasan en interiores, lo que facilita la propagación del virus. Estudios previos han determinado que uno de los factores más probables de las infecciones masivas por el virus de la gripe son las fluctuaciones en la humedad del aire, asociadas con el encendido de la calefacción y el sellado de las ventanas. Cuando las partículas del virus se dispersan en una habitación con una humedad media o alta, la infección disminuye su actividad. Por lo tanto, hasta hace poco se asumía que el aire seco permitía la supervivencia y el desarrollo del virus de la gripe.
Un nuevo proyecto científico ha puesto en duda este hecho. Resultó que las secreciones que se acumulan en las vías respiratorias se liberan al aire durante la tos o la respiración de la persona enferma, protegiendo a la vez a los virus. Al mismo tiempo, el grado de humedad ya no tiene tanta importancia.

Los científicos simularon condiciones atmosféricas idénticas a las reales. Los investigadores querían ver qué le sucedería al virus de la gripe al ser liberado al aire con el aliento de una persona enferma. Los científicos ensamblaron un mecanismo cilíndrico giratorio especial, hecho de metal, que realizaba la función de retener constantemente partículas de humedad en el aire. Luego, mezclaron varias muestras de moco secretado de sus vías respiratorias, que contenía el virus de la gripe H1N1. Las partículas del virus también pasaron a través del mecanismo cilíndrico, que simuló la eliminación de la infección a través de los órganos respiratorios de una persona enferma en condiciones normales. Un sistema de filtración fue preintegrado en el mecanismo, cuya función es prevenir la fuga del patógeno. El estudio en sí se llevó a cabo en una caja cerrada, en condiciones de completa impermeabilidad biológica.

El mecanismo cilíndrico cambiaba el modo de pulverización y mantenimiento de la humedad cada 60 minutos durante su funcionamiento. Se utilizaron siete modos de este tipo. Se simularon tanto un clima cálido y seco como un clima tropical húmedo. Como resultado del experimento, se obtuvo la siguiente información: el virus de la gripe no alteró su actividad al cambiar el modo de humedad. Según explicaron los expertos, las secreciones que se acumulan en los órganos respiratorios crean cierta protección para los virus, que sobreviven al menos hasta que cambian los parámetros atmosféricos. Este tiempo es suficiente para que la infección se transmita a otra persona.
¿Qué pueden aconsejar los científicos en relación con la información obtenida?

Los investigadores advierten: con el inicio de un período de enfermedad viral generalizada, es necesario utilizar dispositivos en las habitaciones que limpien y renueven la composición del aire. La limpieza debe realizarse mediante filtración o irradiación ultravioleta de un flujo de aire en constante circulación. También es necesario desinfectar los objetos que se utilizan con mayor frecuencia, como sillas, mesas, pomos de puertas, material de oficina, ratones y teclados de ordenador, etc.

Los detalles del estudio se describen en http://www.upmc.com/media/NewsReleases/2018/Pages/kormuth-flu-humidity.aspx