El sentido del humor surgió de la agresividad masculina

Los psicólogos creen que el sentido del humor proviene de la agresividad masculina, que, a su vez, se desarrolla en los hombres gracias a la testosterona.

En busca de motivaciones para el comportamiento humano, los psicólogos a veces recurren a fuentes completamente exóticas. El profesor Sam Schuster, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), decidió analizar cómo se manifiesta el sentido del humor en hombres y mujeres y cómo se desarrolla en los humanos con la edad. El científico basó sus conclusiones en material muy específico: preguntó a personas que montaban en monociclo sobre cómo eran recibidas por los espectadores.

Muchos de nosotros vemos un monociclo como un accesorio de payaso. Un hombrecito sale a la pista montado en un extraño dispositivo y empieza a hacer reír a la gente: se cae de la bicicleta, se le salen las lágrimas de los ojos, se enreda en sus propios zapatos, etc. Otros artistas también usan monociclos, pero la asociación con un payaso es tan fuerte que incluso una persona normal que monte uno en el parque corre el riesgo de convertirse en un "payaso por una hora". El profesor Schuster entrevistó a varias docenas de monociclistas de ambos sexos de todo el mundo, de entre 15 y 69 años, con entre 2 y 40 años de experiencia en monociclo. En un artículo publicado en el Journal of Psychology Research and Behaviour Management, escribe que pudo identificar varios patrones en el comportamiento de las personas que observan a una persona en un monociclo, y estos patrones no dependen del estatus social ni del origen cultural del espectador.

Las mujeres, según la psicóloga, comentan el espectáculo con amabilidad, se muestran receptivas hacia la persona que realiza un paseo asombroso en un aparato asombroso. Los niños muestran un interés genuino al ver un monociclo, lo cual también es comprensible. Pero existe un problema con los niños y los hombres en edad de crecimiento. El inocente interés infantil de los niños por lo que está sucediendo se vuelve cada vez más agresivo; empiezan a reírse e insultar al que va en monociclo, le gritan que se caiga más rápido e incluso hacen algunos esfuerzos por hacerlo, literalmente poniéndole radios en las ruedas. Los hombres adultos, por supuesto, se comportan con más decencia, pero la agresividad aún atraviesa la máscara de hipocresía social, e intentan por todos los medios bromear sobre el monociclo y el monociclista.

Según el científico, la reacción agresiva de los niños está relacionada con la actividad de las hormonas sexuales masculinas, y el humor es solo una forma de canalizar la agresión, incapaz de encontrar una salida. Si bien el niño carece de habilidades sociales, su actitud hacia el "payaso" se expresa de la manera más directa, pero a medida que crece, debe agudizar su sentido del humor. En general, se puede decir que todos los hombres odian a los payasos.

Sin embargo, la conexión entre el humor y la agresión no es tan dudosa como se podría pensar. La risa más espontánea se relaciona con las cosquillas, y existen teorías que derivan el sentido del humor de esta situación, pero el profesor Schuster señala que, desde un punto de vista neurofisiológico, las cosquillas son similares al dolor. La causa del dolor puede eliminarse atacando: aquí se crea un puente para la agresión. Según el científico, el origen agresivo del humor también se evidencia en las escaramuzas verbales, las riñas, salpicadas de bromas sobre la personalidad y las ideas del oponente: no hay forma de resolver las cosas directamente, pero se puede derrotar simbólicamente al enemigo ridiculizándolo. La agresión, recordemos, comienza a desarrollarse bajo la influencia de los cambios hormonales en el cuerpo masculino. Por lo tanto, podemos concluir que la humanidad ha aprendido a reír gracias a la agresividad de sus hombres.

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