¿Cómo cambia el embarazo el cerebro de una mujer?

Sabemos mucho sobre los vínculos entre la salud de una madre embarazada y el comportamiento, el estado de ánimo y el desarrollo cognitivo y psicológico de su bebé después del nacimiento.

Pero ¿cómo cambia el embarazo el cerebro de la madre?

«El embarazo es un período crítico para la salud del sistema nervioso central de la madre», afirma la psicóloga Laura M. Glynn, de la Universidad Chapman. «Sin embargo, sabemos prácticamente nada al respecto».

Glynn y su colega Kurt A. Sandman, de la Universidad de California, Irvine, realizaron un estudio detallado de los cerebros de mujeres embarazadas.

Durante el embarazo, la mujer experimenta fluctuaciones hormonales enormes como en ningún otro momento de su vida. Las investigaciones demuestran que las hormonas reproductivas preparan el cerebro de la mujer para la maternidad, ayudándola a ser más resiliente al estrés y a estar más atenta a las necesidades de su bebé. Esto explica por qué las madres a menudo se despiertan cuando su bebé empieza a moverse, mientras duermen profundamente incluso cuando su pareja ronca fuerte.

El estudio también aclara los mecanismos por los cuales el entorno prenatal afecta al niño. Por ejemplo, el efecto de la desnutrición o la depresión maternas en la salud del niño. La relación entre las condiciones de vida en el útero y la vida en el entorno externo es fundamental para el niño. Un feto de madre desnutrida se adapta al déficit y afronta la falta de alimento en el útero, pero después del nacimiento puede desarrollar obesidad, incluso con una nutrición normal. El estrés y la ansiedad de la madre al inicio y al final del embarazo también pueden afectar el desarrollo cognitivo del niño en el futuro.

Así como la madre influye constantemente en el feto, este hace lo mismo por su madre. Los movimientos fetales, incluso sin que la madre se dé cuenta, aumentan la frecuencia cardíaca y la sensibilidad de la piel. Las células fetales pasan a través de la placenta al torrente sanguíneo de la madre. «Lo interesante es que estas células son atraídas por ciertas partes del cerebro de la madre», lo que altera el comportamiento maternal, afirma Glynn.

Glynn concluye advirtiendo que la mayor parte de la investigación sobre el cerebro materno se ha realizado en roedores, cuyos embarazos son muy diferentes a los de las mujeres, por lo que se necesita más investigación en humanos.

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