La enfermedad de Alzheimer puede aparecer sin síntomas. ¿Cómo es posible?

Cada persona envejece de forma diferente, y factores como la genética, el estilo de vida y el entorno influyen en este proceso. Algunas personas viven hasta 90 o incluso 100 años con buena salud, sin medicamentos ni enfermedades cerebrales. Pero ¿cómo mantienen su salud estas personas a medida que envejecen?

Luc de Vries, del grupo de Joost Veraagen, y sus colegas Dick Swaab e Inge Huytinga examinaron los cerebros del Banco de Cerebros de los Países Bajos. Este banco conserva tejido cerebral de más de 5000 donantes fallecidos con diversas enfermedades cerebrales.

Lo que hace único al Banco de Cerebros de los Países Bajos es que, además de almacenar tejido con diagnósticos neuropatológicos muy precisos, también almacenan un historial médico documentado y una evolución detallada de la enfermedad con los síntomas de cada donante.

Grupo estable

El equipo encontró un subgrupo de personas con procesos de Alzheimer en el cerebro, pero que no presentaron síntomas clínicos a lo largo de su vida. Este es el llamado grupo "resistente". Pero ¿cómo es posible que no experimentaran síntomas mientras que otros sí?

Luc de Vries explica: «Aún no se sabía con certeza qué sucede en estas personas a nivel molecular y celular. Por ello, buscamos donantes con anomalías en el tejido cerebral que no presentaran deterioro cognitivo en el Banco de Cerebros. De todos los donantes, encontramos 12, por lo que se trata de un caso bastante inusual. Creemos que la genética y el estilo de vida desempeñan un papel importante en la resiliencia, pero aún se desconoce el mecanismo exacto».

El ejercicio o la actividad cognitiva, así como el contacto social frecuente, pueden ayudar a retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Recientemente, también se ha descubierto que quienes reciben mucha estimulación cognitiva, como a través de un trabajo exigente, pueden desarrollar más patología de Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas.

"Si podemos encontrar la base molecular de la resistencia, entonces tendremos nuevos puntos de partida para desarrollar fármacos que podrían activar los procesos asociados con la resistencia en pacientes con Alzheimer", añade de Vries.

Infografía: "Enfermedad de Alzheimer asintomática. ¿Cómo es posible?" Autor: Instituto Neerlandés de Neurociencia

Alzheimer vs. grupo resistente

Al analizar la expresión génica, observamos que varios procesos se vieron alterados en el grupo resistente. En primer lugar, los astrocitos parecían producir más metalotioneína, un antioxidante. Los astrocitos actúan como carroñeros y desempeñan una función protectora en el cerebro. A menudo, también solicitan ayuda a la microglía, pero, debido a su agresividad, a veces agravan la inflamación —continúa de Vries—.

En el grupo resiliente, la vía de la microglía, a menudo asociada con la enfermedad de Alzheimer, parecía estar menos activa. Además, observamos que la llamada "respuesta a las proteínas mal plegadas", una reacción en las células cerebrales que elimina automáticamente las proteínas tóxicas mal plegadas, estaba alterada en los pacientes con Alzheimer, pero era relativamente normal en las personas resilientes. Finalmente, encontramos indicios de que las células cerebrales de las personas resilientes podrían tener más mitocondrias, lo que permite una mejor producción de energía.

Pero ¿qué significan estas diferencias en los procesos? ¿Son causa o efecto?

"Es difícil determinar con datos humanos qué proceso desencadena la enfermedad. Solo se puede demostrar modificando algo en células o modelos animales y observando qué sucede después. Eso es lo primero que debemos hacer ahora", afirma de Vries.

Los resultados se publican en la revista Acta Neuropathologica Communications.