Las lágrimas de una mujer… ¿huelen?

En las lágrimas de las mujeres hay componentes químicos que pueden reducir la concentración de testosterona y estimular algunas áreas del cerebro en los hombres, lo que, a su vez, cambia su comportamiento y los calma. A esta conclusión llegaron los especialistas israelíes, empleados del Instituto Weizmann.

En el reino animal, la señalización química se utiliza a menudo con el fin de regular el comportamiento de los individuos. Por ejemplo, las lágrimas de las ratonas contienen un péptido que simula la actividad de los plexos cerebrales y nivela el comportamiento agresivo de los machos. Sin embargo, aún no se dispone de información fiable sobre la existencia de tales "señales" en humanos. Se ha descubierto que en el líquido lagrimal de las mujeres hay un marcador que, al entrar en los órganos respiratorios de los hombres, reduce la agresividad en ellos , pero las peculiaridades y la importancia de esta acción aún no se han estudiado lo suficiente. Teniendo en cuenta que la reducción del índice de testosterona se correlaciona con la eliminación de la agresión, los investigadores decidieron comprobar su suposición en la práctica.

Los científicos recogieron muestras de líquido lagrimal emocional de varias representantes femeninas, cuya edad promedio era de 23,5 años. El agente de control fue una solución isotónica de cloruro de sodio. Además, dos docenas y media de hombres de aproximadamente la misma edad visitaron el laboratorio durante dos días consecutivos al mismo tiempo, donde participaron en un juego de ordenador con un componente financiero. El juego tuvo efectos provocadores en los que se dedujeron injustamente las finanzas de los participantes.

Una vez completado el experimento, se analizó el nivel de agresión de los participantes masculinos utilizando el índice de provocación, que es la relación entre el número de intentos de venganza y el número de provocaciones que afectaron a los participantes. A los participantes masculinos se les ofreció trece veces a intervalos iguales de aproximadamente 35 segundos un recipiente en el que previamente se había colocado 1 ml de lágrimas emocionales femeninas (o una solución de placebo). Este enfoque redujo el comportamiento agresivo de los hombres en casi un 45%.

A continuación, los expertos realizaron escáneres cerebrales en los cerebros de los participantes. Con la ayuda de imágenes por resonancia magnética funcional , los científicos identificaron dos zonas que se correlacionan con el comportamiento agresivo: estamos hablando de la corteza prefrontal y la corteza insular anterior. Estas zonas se activaban notablemente durante las provocaciones del juego, pero permanecían "en silencio" cuando a los hombres se les ofrecía oler las lágrimas de las mujeres.

Los expertos sugieren que la "señal" que transmiten las lágrimas, al igual que en los ratones, reduce el grado de agresión masculina. Esto puede deberse a la superposición funcional y estructural entre las áreas responsables del olfato y el comportamiento agresivo. Resulta que las lágrimas son una parte generalizada de un mecanismo característico de todos los mamíferos. Este mecanismo representa la llamada defensa química antiagresiva.

El artículo completo está disponible en PLOS Biology