Dolor en la axila.

El dolor en la axila es causado por varias razones, algunas de las cuales son bastante simples en términos de tratamiento, otras son bastante graves y requieren un examen exhaustivo y medidas terapéuticas complejas.

La axila (cavum axillare) es la zona del cuerpo situada entre el brazo, o más precisamente, la articulación del hombro, y el esternón. Esta cavidad está delimitada por músculos bastante grandes: el pectoral mayor y el dorsal ancho (músculo pectoral mayor y músculo dorsal ancho). En la zona axilar se encuentran numerosas glándulas (grasas, sudoríparas), así como terminaciones nerviosas y ganglios linfáticos.

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¿Qué causa el dolor en las axilas?

Un síntoma doloroso en la zona de la axila puede indicar las siguientes enfermedades y afecciones:

• Una lesión en el hombro o el brazo que causa dolor intenso, incluido dolor en la zona de la axila.
• El dolor puede explicarse por una intervención quirúrgica en la zona del hombro, esternón, glándula mamaria: mastectomía, cuando se extirpa toda la mama.
• Mastalgia cíclica o no cíclica: sensaciones dolorosas, de tirón y molestas en las glándulas mamarias y las axilas.
• Tumores de mama: tanto benignos como malignos.
• La linfadenopatía es un agrandamiento de uno o más ganglios linfáticos.
• Una alergia que causa dolor en la axila debido a irritación y sarpullido en la piel.
• La hidradenitis es una inflamación de las glándulas sudoríparas (apocrinas), a menudo purulenta.
• La linfadenitis y la linfangitis de etiología infecciosa son inflamaciones de los ganglios linfáticos y de los vasos linfáticos.
• Un lipoma subcutáneo grande es un ateroma (formación benigna).
• Enfermedad purulenta dermatológica de la piel en la zona de la axila: pioderma.
• Forunculosis.
• Flemones y abscesos.
• Infección viral (gripe, infección viral respiratoria aguda).
• La mastitis es una inflamación del tejido mamario, es decir, la glándula mamaria (parénquima, tejido intersticial).
• Enfermedades del sistema cardiovascular.

Descripción de las causas que provocan dolor en la axila.

Lesión traumática en el brazo, hombro, parte lateral del esternón o glándula mamaria: golpes, contusiones, esguinces de ligamentos, músculos y tendones del hombro. El dolor suele ser persistente y se intensifica con el esfuerzo físico y los movimientos bruscos de las manos. El dolor en la axila causado por una lesión leve no es un síntoma amenazante y suele desaparecer por sí solo si el brazo y el hombro se inmovilizan durante un tiempo y no se someten a cargas adicionales.

Dolor causado por el postoperatorio. La causa del dolor son las incisiones quirúrgicas que dañan no solo la piel y las terminaciones nerviosas, sino que también interrumpen temporalmente el riego sanguíneo a los tejidos y músculos. El dolor en la axila causado por la cirugía puede durar bastante tiempo, pero a medida que se restablece el flujo sanguíneo y los tejidos se regeneran, disminuye gradualmente. Durante un tiempo, se puede sentir picazón y pérdida de sensibilidad en la axila, pero estos síntomas también desaparecen.

Dolor en la axila causado por tratamientos de quimioterapia y radiación para el cáncer.

Dolor al drenar una herida purulenta en el pecho o la axila. El dolor se debe a la lesión cutánea y a la interrupción del flujo sanguíneo y el drenaje linfático debido a la herida.

El dolor en la axila puede deberse a una razón fisiológica: el ciclo menstrual. La mastalgia cíclica no es una enfermedad, sino un síntoma típico del final del ciclo menstrual. El dolor se produce debido a cambios en los niveles hormonales y a una alteración del flujo linfático. Las sensaciones dolorosas son de tirantez y desaparecen al finalizar la menstruación. El dolor cíclico en las axilas desaparece con la edad y la llegada de la menopausia.

El dolor en la axila suele ser provocado por el consumo de medicamentos hormonales (que contienen progesterona y estrógenos). Esta afección puede observarse tanto en mujeres jóvenes que toman anticonceptivos orales como en mujeres durante la menopausia.

El dolor puede ser un síntoma patológico, consecuencia de una enfermedad oncológica, como un tumor de mama o de esternón. Cabe destacar que el dolor en la axila es una mala señal, ya que en las primeras etapas, bajo supervisión, los procesos oncológicos son casi asintomáticos, es decir, sin dolor. Con mayor frecuencia, el dolor en la axila se acompaña de cambios anatómicos en la glándula mamaria (retracción del pezón, cambio de color, secreción atípica del pezón, deformación de la glándula mamaria).

Alergia a los componentes químicos de perfumes o desodorantes. La reacción puede ocurrir al zinc, compuestos de aluminio, aceites esenciales, jabones perfumados o detergentes. Las telas sintéticas también provocan alergias, y la ropa ajustada agrava la irritación cutánea alérgica.

La inflamación de los ganglios linfáticos debido a la inflamación de los órganos internos cercanos también puede causar dolor en la axila. La hipertrofia ganglionar tiene diversas causas, como infecciones fúngicas, infecciones parasitarias, mononucleosis infecciosa, VIH, infecciones estreptocócicas, tuberculosis, neumonía grave y otras. La inflamación de los ganglios linfáticos puede ser crónica, aguda e incluso purulenta. Además del dolor axilar, se presenta fiebre, dolor de cabeza y sudoración. Se desarrolla esplenomegalia y hepatomegalia (hipertrofia del bazo y el hígado), y puede observarse inflamación de las amígdalas y faringitis. La hipertrofia ganglionar se considera una enfermedad polisintomática compleja, y el dolor axilar es solo uno de sus síntomas.

Un lipoma quístico o ateroma también puede causar dolor en la axila. El ateroma es una formación benigna bajo la piel que se produce debido a la obstrucción crónica (oclusión) del conducto de la glándula sebácea. En apariencia, se trata de una formación bastante voluminosa de estructura densa; la piel sobre el lipoma está muy estirada, lo que impide su agarre en un pliegue. Los síntomas de dolor suelen ser provocados por un ateroma purulento, ya que un lipoma simple no suele causar dolor. Además del dolor, puede haber aumento de la temperatura corporal e hinchazón en el lugar del ateroma. El dolor persiste hasta que el absceso se abre. En cuanto sale el contenido purulento, los síntomas remiten. El ateroma se reconoce como una formación benigna; sin embargo, la autoextirpación, la introducción de una infección en la herida o un calentamiento excesivo de la axila pueden provocar la malignización del proceso (transformación en un cáncer).

La hidradenitis es otra causa de dolor axilar. La hidradenitis más común es de origen estafilocócico. La enfermedad se desarrolla muy lentamente y casi imperceptiblemente. Posteriormente, aparecen picazón, enrojecimiento y dolor en la zona axilar, provocados por una formación interna con contenido purulento. Las glándulas apocrinas (glándulas sudoríparas) son, en principio, muy vulnerables a las infecciones, y con la irritación y el daño constantes de la piel, la hidradenitis aparece como una consecuencia completamente comprensible. Los abscesos múltiples se tratan con una terapia antibacteriana adecuada; en casos excepcionales, está indicada la intervención quirúrgica local.

La furunculosis es una inflamación infecciosa, un proceso que ha alcanzado una fase aguda, acompañada de acumulación purulenta en los folículos pilosos de la zona axilar. Con mayor frecuencia, la furunculosis es de origen estafilocócico y también se desencadena por el incumplimiento de las normas de higiene personal, lesiones en la piel de las axilas, hiperhidrosis (aumento de la sudoración y disminución de la función inmunitaria). El tratamiento de la furunculosis es complejo con antibióticos, fármacos locales e internos, vitaminas e inmunomoduladores.

El dolor en la axila puede ser causado por un infarto. Con frecuencia, el dolor irradiado forma parte de los síntomas generales de la enfermedad coronaria (EC). El dolor se siente no solo en las axilas, sino también detrás del esternón, en el omóplato izquierdo, el hombro y el brazo. Esta enfermedad requiere atención médica inmediata, ya que puede llegar a causar un infarto de miocardio potencialmente mortal.

El infarto de miocardio no siempre presenta síntomas específicos. A menudo, un ataque cardíaco se asemeja a enfermedades completamente diferentes: gastrointestinales, inflamatorias, etc. Por lo tanto, si el dolor en la axila se localiza en el lado izquierdo y no desaparece en dos o tres horas, acompañado de dolor que se irradia al brazo y hombro izquierdos, náuseas, debilidad y ritmo cardíaco lento, es necesario buscar atención médica lo antes posible.

La pioderma es un problema cutáneo local y externo. La infección cutánea en la zona axilar puede deberse a cortes, depilación deficiente y mala higiene personal. En casos avanzados, la pioderma causa dolor en la axila, que dura exactamente lo mismo que la inflamación.

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¿Cómo tratar el dolor de axilas?

La elección del tratamiento está directamente relacionada con la causa subyacente del dolor, es decir, con un diagnóstico específico. Dado que el dolor en la axila puede deberse tanto a factores externos como a enfermedades internas, incluyendo algunas graves como angina de pecho, enfermedad coronaria, infarto de miocardio o cáncer, cualquier sensación dolorosa en la axila requiere la atención médica. La automedicación en la zona con abundantes ganglios linfáticos es totalmente inaceptable. El frotamiento, el calentamiento, las compresas y la aplicación de hielo de forma incontrolada solo pueden agravar el proceso patológico. Incluso si el dolor en la axila está asociado con una causa fisiológica (el ciclo menstrual), debe informar a su ginecólogo sobre este síntoma, ya que el ciclo menstrual de una mujer completamente sana debería cursar con mínimas sensaciones de dolor. El dolor en la axila no debe considerarse algo insignificante ni frívolo; este síntoma requiere un examen completo, tras el cual se prescribirá el tratamiento adecuado para la enfermedad (o la afección desencadenante primaria).