Manifestación de alergia

Las manifestaciones de la alergia son un complejo sintomático, diverso y multifacético. Cada manifestación depende directamente de su tipo, del factor desencadenante y del estado de salud de la persona. Dado que la alergia es una hipersensibilidad del organismo, cualquier alérgeno puede desencadenar reacciones que, por un lado, comparten síntomas comunes, y por otro, cada persona es única y, por lo tanto, reacciona a la invasión del antígeno de forma específica.

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Manifestaciones típicas de las alergias

Algunas de las reacciones alérgicas más típicas son:

• Erupción en la piel, de diversas localizaciones y estructuras;
• Dolor en los ojos, hinchazón de los ojos;
• Enrojecimiento de la esclerótica de los ojos;
• Nariz que moquea no asociada a resfriados;
• Urticaria;
• Estornudos frecuentes no asociados a resfriados;
• Hiperemia de la piel;
• Dificultad para respirar, asfixia;
• Anafilaxia.

Desde la antigüedad, la humanidad ha sabido qué es una alergia. De hecho, el nombre "alergia" se introdujo hace relativamente poco tiempo, a principios del siglo pasado. Un pediatra observó una tendencia recurrente hacia reacciones atípicas ante enfermedades comunes. Von Pirquet fue el primero en definir la terminología de la enfermedad y describirla con cierto detalle. Aunque siglos antes, Hipócrates y Galeno también describieron en sus obras la reacción inusual de los pacientes a los alimentos, las plantas y árboles con flores, y los olores. Desde entonces, cada siglo han surgido nuevas teorías y versiones sobre la causa principal de las alergias, pero la medicina aún no ha llegado a un consenso.

Las manifestaciones de las alergias dependen de la sustancia del cuerpo que recibe el primer ataque del alérgeno y de cómo reacciona a él. El primer tipo de reacción, la hipersensibilidad, se explica por la respuesta activa de la inmunoglobulina IgE. La inmunoglobulina provoca la sensibilización (reconocimiento) del alérgeno por parte del cuerpo y la consolidación de esta propiedad. Este proceso, causado por la hipersensibilidad del primer tipo, puede tener consecuencias benignas, es decir, curables. Estas incluyen rinitis alérgica, picazón y erupción cutánea. Sin embargo, existen otras reacciones extremadamente peligrosas no solo para la salud, sino también para la vida del paciente. Estas son el edema de Quincke y la anafilaxia.

Los síntomas de la alergia suelen estar causados por razones visibles:

• Floración (estacional) de plantas, árboles;
• Alérgeno alimentario;
• Intoxicación por enfermedades infecciosas, bacterianas, procesos inflamatorios;
• Polvo doméstico e industrial;
• Contaminación del aire por productos químicos;
• Factor hereditario.

La hipótesis de la higiene, una teoría basada en la hipótesis de un sistema inmunitario debilitado, se considera un factor común en los últimos tiempos. La destrucción excesiva de microbios en el entorno humano ha llevado al sistema inmunitario a olvidar cómo combatir la invasión de agentes dañinos. Además, no existe una carga constante que fortalezca las funciones protectoras. Al esforzarse por realizar una función genéticamente determinada, el sistema inmunitario comienza a reaccionar ante cualquier factor invasor, independientemente de su grado de nocividad. Los autores de esta teoría citan como argumento numerosos ejemplos de niños y adultos completamente sanos con alergias, que a veces viven en condiciones insalubres deplorables. Por supuesto, estas personas son susceptibles a otras enfermedades, pero desconocen qué es una alergia. Además, un niño en una familia numerosa tiene menos probabilidades de sufrir alergias que un hijo único, al que, literalmente, le quitan el polvo. Además de la teoría "higiénica", entre las razones se pueden mencionar las condiciones ambientales desfavorables, la mala alimentación y el estrés. ¿De qué depende la manifestación de las alergias?

Los tipos de hipersensibilidad y sus signos visibles dependen de los tipos de respuesta inmune.

1. La fase de respuesta inmunitaria puede ser aguda. Los plasmocitos comienzan a secretar intensamente inmunoglobulina IgE, que a su vez se une a los receptores Fc. El proceso de sensibilización comienza con la síntesis de IgE y Fc secretadas. La invasión repetida del alérgeno ocurre en un sustrato habitual y ya preparado para el antígeno. Los gránulos de células que ya han participado en la sensibilización secretan histamina y otros mediadores inflamatorios (leucotrienos, prostaglandinas, citotoxinas). Al penetrar en los tejidos, estos mediadores irritan las terminaciones nerviosas, provocan secreción mucosa, espasmos y contracciones de los micromúsculos vasculares. Como resultado, la persona comienza a estornudar o presenta rinorrea persistente e incurable, lagrimeo y asfixia. En casos graves, esta reacción bioquímica puede tener un desenlace muy desalentador: un shock anafiláctico.
2. La fase de respuesta inmunitaria es lenta. En cuanto los mediadores dejan de provocar procesos inflamatorios, la hipersensibilidad parece remitir. Esto se explica porque el sistema inmunitario envía linfocitos, leucocitos y todas las sustancias posibles al foco de inflamación para neutralizar el problema. Estas células comienzan a restaurar el tejido dañado, reemplazándolo con tejido conectivo. La reacción lenta puede durar más de dos días y comienza seis horas después de la fase aguda.

Las manifestaciones alérgicas se dividen en categorías: locales o generales.

Señales locales:

• Hinchazón de la mucosa nasofaríngea, rinitis;
• Conjuntivitis;
• Alergia respiratoria, broncoespasmo, asma;
• Dolor de oído, pérdida de audición;
• Erupción cutánea, dermatitis, eczema;
• Dolor de cabeza.

Los síntomas pueden ser muy diversos, pero ante la primera señal de su aparición es necesario consultar a un médico para detener a tiempo el desarrollo de las alergias y prevenir consecuencias graves.