Lecho microcirculatorio

La conexión arterial del sistema vascular termina con los vasos del lecho microcirculatorio. En cada órgano, según su estructura y funciones, los vasos del lecho microcirculatorio pueden presentar características estructurales y microtopográficas. El inicio del lecho microcirculatorio es una arteriola con un diámetro aproximado de 30-50 μm, en cuyas paredes se encuentra una capa de miocitos espiralados (células musculares lisas). Los precapilares (capilares arteriales) se extienden desde las arteriolas. En las paredes de sus secciones iniciales se encuentran uno o dos miocitos lisos que forman esfínteres precapilares que regulan el flujo sanguíneo desde la arteriola hacia los capilares.

Los precapilares se prolongan en capilares, cuyas paredes no contienen células musculares lisas. Las paredes de los capilares verdaderos están formadas por una sola capa de células endoteliales, una membrana basal y pericitos (células pericapilares). La capa endotelial que se encuentra sobre la membrana basal tiene un grosor de 0,2-2,0 μm. Las células endoteliales adyacentes están conectadas entre sí mediante desmosomas y nexos. Existen espacios de 3-15 nm de ancho entre las células endoteliales. Estos espacios facilitan el paso de diversas sustancias a través de las paredes capilares. La membrana basal está formada por fibras de tejido conectivo entrelazadas y sustancia amorfa. Los pericitos (células pericapilares, células de Rouget) se encuentran dentro o fuera de la membrana basal. Largos y numerosos procesos de estas células atraviesan la membrana basal y contactan con cada célula endotelial. Cada pericito está conectado a la terminación de una neurona simpática, capaz de transmitir un impulso nervioso.

El diámetro de los capilares sanguíneos es de 3-11 µm. Los capilares más delgados (3-7 µm) se encuentran en los músculos, mientras que los más gruesos (hasta 11 µm) se encuentran en la piel y las mucosas. En el hígado, las glándulas endocrinas, los órganos hematopoyéticos y el sistema inmunitario, los capilares tienen un diámetro de hasta 25-30 µm, por lo que se denominan sinusoides. Los capilares son vasos de intercambio; a través de sus paredes, los nutrientes pasan de la sangre a los tejidos y, en sentido inverso (del tejido a la sangre), los productos metabólicos. El transporte de sustancias a través de las paredes capilares se realiza tanto por difusión como por filtración.

El número total de capilares en el cuerpo humano es de aproximadamente 40 mil millones, con un área transversal total de 11.000 cm (1,1 m ² ). A modo de comparación, el área transversal de la aorta es de 2,8 cm ² con un diámetro de 2,5 cm. Los poscapilares (vénulas poscapilares) se forman a partir de capilares; su diámetro es de 8-30 μm. Las paredes de los poscapilares son similares en estructura a las paredes de los capilares, pero los poscapilares tienen un lumen más ancho que los capilares y un mayor número de pericitos en sus paredes. Los poscapilares forman vénulas con un diámetro de 30-50 μm, que son el enlace inicial en el sistema venoso. En las paredes de las vénulas más grandes, cuyo diámetro es de 50-100 μm, hay células musculares lisas individuales (miocitos). Las vénulas no tienen una membrana elástica.

El lecho microcirculatorio también incluye vasos arteriales que conectan directamente la arteriola y la vénula ( anastomosis arteriovenosas). En las paredes de estas anastomosis se encuentran miocitos lisos. Cuando los miocitos se relajan, las anastomosis arteriovenosas se abren (expanden) y la sangre de las arteriolas se dirige directamente a las vénulas, sin pasar por los capilares.

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