Resonancia magnética funcional

La resonancia magnética funcional se basa en el aumento del flujo sanguíneo cerebral en respuesta a un aumento de la actividad neuronal en la corteza cerebral al ser expuesta a un estímulo correspondiente. El mapeo de la actividad cerebral permite identificar áreas de activación neuronal que surgen en respuesta a la estimulación (motora, sensorial y de otro tipo).

El uso de una secuencia ecoplanar pulsada basada en eco de gradiente permite registrar una señal de RM de alta intensidad en áreas activas de la corteza cerebral, con un tiempo de registro de aproximadamente 100 ms por imagen de RM. En la RM funcional, se compara la intensidad de las señales registradas bajo carga fisiológica (activación) y en ausencia de ella (control). Las áreas con un aumento estadísticamente significativo de la señal de RM, identificadas durante el procesamiento matemático posterior de las imágenes, corresponden a áreas de actividad neuronal en el cerebro. Se resaltan en color, se construyen mapas de actividad neuronal y se superponen a la RM en T1 o a un modelo tridimensional de la superficie cerebral.

Aplicación clínica de la resonancia magnética funcional. El mapeo de las zonas de actividad neuronal cerebral permite planificar un abordaje quirúrgico y estudiar los procesos fisiopatológicos cerebrales. Este método se utiliza en neuropsicología para estudiar las funciones cognitivas cerebrales. Resulta prometedor para la identificación de focos de epilepsia.

El uso de la resonancia magnética funcional se ha convertido en parte integral del protocolo de resonancia magnética en pacientes con tumores cerebrales ubicados cerca de áreas funcionalmente significativas de la corteza cerebral. En la mayoría de los casos, los resultados obtenidos reflejan adecuadamente la ubicación de las áreas sensoriomotoras, del habla y auditivas de la corteza cerebral. La resonancia magnética funcional (actualmente realizada solo para la corteza somatosensorial y visual), la tractografía con la construcción de mapas del área funcionalmente significativa de la corteza, el tracto piramidal u óptico y su imposición en una imagen tridimensional del cerebro son prometedoras en el marco de un solo estudio de resonancia magnética en pacientes con tumores cerebrales. Con base en la combinación de los datos obtenidos, los neurocirujanos planifican el abordaje quirúrgico y el volumen de resección del tumor, y los radiólogos calculan las áreas de distribución de la dosis de radiación tumoral.

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