Las glándulas peritiroideas

La mayoría de las personas sanas tienen cuatro glándulas paratiroides: dos superiores y dos inferiores, ubicadas de forma relativamente simétrica a ambos lados en más del 80% de los casos.

Hasta un 13% de las personas tienen más de cuatro glándulas paratiroides, y estas últimas pueden ser no solo restos rudimentarios de glándulas con formación normal (ubicadas cerca del órgano principal y con un peso inferior a 5 mg), sino también glándulas paratiroides accesorias, ubicadas separadas de las glándulas principales y con un peso promedio de 24 mg. Se han descrito hasta 11 glándulas paratiroides en un mismo sujeto, aunque esto es una rareza casuística. Estas glándulas paratiroides se localizan con mayor frecuencia cerca de los polos inferiores de la glándula tiroides, en el ligamento tirotímico o en el propio timo, lo que aparentemente refleja ciertas alteraciones en la formación de la glándula durante la migración embrionaria.

Según algunos autores, hasta un 3% de las personas pueden tener sólo 3 glándulas paratiroides, pero la mayoría de los investigadores se muestran escépticos ante tales informes, creyendo que la cuarta simplemente no se encontró debido a su pequeño tamaño o ubicación ectópica.

Macroscópicamente, las glándulas paratiroides son formaciones de color marrón amarillento, muy blandas, de forma ovoide aplanada, rodeadas por una cápsula y una capa de tejido adiposo, que miden 4-6 mm de largo, 2-4 mm de ancho y 1-2 mm de espesor.

La consistencia de las formaciones es muy difusa, prácticamente imperceptible a la palpación de la superficie de la glándula tiroides entre los dedos. Las glándulas paratiroides normales no pesan más de 60 mg (38-59 mg), y el peso total es de 120 ± 3,5 mg en hombres y 142 ± 5,2 mg en mujeres. Por otro lado, el peso del parénquima puro es de tan solo 82 ± 2,6 mg y 89 ± 3,9 mg, respectivamente.

Las glándulas paratiroides superiores se localizan con mayor frecuencia en la superficie posterior de la glándula tiroides, cerca de la intersección del nervio laríngeo recurrente y el tronco de la arteria tiroidea inferior. En raras ocasiones, se desvían significativamente de su ubicación habitual y pueden ubicarse detrás del esófago o la faringe.

Las glándulas paratiroides inferiores suelen ubicarse a la altura del tercio inferior de los lóbulos tiroideos, con mayor frecuencia a lo largo de su superficie posterolateral. La variabilidad de su ubicación se asocia al estrecho contacto embrionario con el timo, que se forma y migra simultáneamente. Por lo tanto, al menos un tercio de las variantes de ubicación normal de las glándulas paratiroides inferiores corresponden a su localización en el tracto tirotímico o en los polos superiores del timo.

Las glándulas paratiroides superiores e inferiores reciben irrigación sanguínea mediante ramas arteriales de las arterias tiroideas superior e inferior, respectivamente. Las superiores también reciben irrigación colateral de la arteria tiroidea inferior. El drenaje venoso se realiza en las venas tiroideas superior y media para las superiores, y en las venas inferior y media para las inferiores. Los vasos tienen un calibre muy pequeño, lo que requiere una manipulación extremadamente delicada por parte del cirujano al identificar y movilizar las glándulas paratiroides durante las intervenciones cervicales. El drenaje linfático se realiza desde el plexo subcapsular hacia los ganglios linfáticos cervicales profundos superiores, paratraqueales y pretraqueales, retrofaríngeos y cervicales profundos inferiores.

A pesar de su pequeño tamaño, las glándulas paratiroides poseen todos los elementos de las estructuras endocrinas aisladas: su propia cápsula, vasos, nervios, componentes parenquimatosos y estromales. Un elemento característico de esta estructura es el abundante tejido graso, concentrado principalmente en los polos. La presencia de una capa de grasa entre la parte parenquimatosa y la cápsula a menudo permite identificar las glándulas paratiroides por un signo específico: "flotar" en una delicada membrana fascial al desplazarla con cuidado con un instrumento o un dedo (el llamado signo de deslizamiento o síntoma de deslizamiento, que se encuentra en la literatura extranjera).

Estructura histológica de las glándulas paratiroides

La porción parenquimatosa se compone de cordones celulares separados por elementos estromales. Aunque son difíciles de distinguir visualmente de la glándula tiroides, la grasa o los ganglios linfáticos, las glándulas paratiroides se reconocen fácilmente al microscopio por su característico denso empaquetamiento celular, en contraste con la estructura folicular de la glándula tiroides. Histológicamente, se componen de células principales y células oncocíticas oxifílicas, que aparecen con mayor frecuencia en la vejez. Las células principales suelen dividirse en células oscuras, secretoras activas de hormona paratiroidea, y células transparentes, que aparentemente son variantes de células en reposo en estado de quiescencia funcional. La mayoría de los adenomas consisten en células oscuras, aunque también se presentan adenomas transparentes y oncocíticos. Las células principales están presentes en mayor cantidad; son más pequeñas que los oncocitos, más oscuras, contienen un núcleo redondo central con cromatina gruesa y nucléolos discretos. El citoplasma presenta tinción eosinofílica y, en ocasiones, es transparente.

Las células oncocíticas son grandes, tienen un citoplasma granular grueso y un núcleo más grande que las células principales. Su función es desconocida y su número aumenta durante la pubertad y con el envejecimiento, siendo frecuente encontrar nódulos oncocíticos en el parénquima de las personas mayores.

El contenido de grasa estromal depende de la edad y la dieta. Si bien en niños y adolescentes la grasa es prácticamente nula, en los adultos las células grasas representan aproximadamente el 20% del volumen. Al perder peso, su número disminuye drásticamente.