Malformaciones arteriovenosas y dolor de espalda

Las malformaciones arteriovenosas dentro o alrededor de la médula espinal pueden causar compresión medular, hemorragia parenquimatosa, hemorragia subaracnoidea o una combinación de estas. Los síntomas pueden incluir déficit neurológico segmentario gradualmente progresivo ascendente o ascendente y descendente, dolor radicular o dolor lumbar repentino con déficit neurológico segmentario agudo. El diagnóstico se realiza mediante resonancia magnética. El tratamiento consiste en cirugía o radiocirugía estereotáctica, y también se puede considerar la embolización angiográfica.

Las malformaciones arteriovenosas son las anomalías vasculares espinales más comunes. Son más comunes en las regiones torácica y lumbar, en las porciones posteriores del espacio extramedular. Otras se localizan en las regiones cervical y torácica superior y suelen ser intramedulares. Las malformaciones arteriovenosas pueden ser pequeñas y focales, o ocupar hasta el 50% de la médula espinal. Pueden comprimir o incluso desplazar el parénquima medular normal, o romperse, causando una hemorragia focal o generalizada.

Los angiomas cutáneos a veces se localizan sobre malformaciones arteriovenosas espinales. Estas malformaciones suelen comprimir las raíces nerviosas, causando dolor que se irradia hacia abajo, hacia el área de inervación de la raíz afectada (dolor radicular), o bien comprime la médula espinal, causando un déficit neurológico segmentario que aumenta gradualmente o presenta una forma ondulada. Con frecuencia se presentan síntomas de daño a las neuronas motoras superiores e inferiores. Las malformaciones arteriovenosas pueden romperse dentro de la médula espinal, lo que causa dolor de espalda intenso y repentino y déficit neurológico segmentario agudo. Las malformaciones arteriovenosas de la médula espinal superior rara vez causan hemorragias subaracnoideas, que se manifiestan con cefalea repentina e intensa, rigidez de nuca y disminución del nivel de consciencia.

Las malformaciones arteriovenosas espinales pueden ser un hallazgo incidental durante estudios de neuroimagen. Una malformación arteriovenosa puede sospecharse basándose en las características clínicas: déficits neurológicos segmentarios inexplicables o hemorragia subaracnoidea, especialmente en presencia de dolor lumbar intenso y repentino o angiomas cutáneos en la línea media.

El tratamiento quirúrgico de las malformaciones arteriovenosas está indicado si suponen un riesgo para la médula espinal, pero requiere una buena experiencia en la técnica microquirúrgica. La radiocirugía estereotáctica es útil para malformaciones arteriovenosas pequeñas ubicadas en zonas de difícil acceso quirúrgico. La oclusión angiográfica mediante embolización de la arteria aferente suele preceder a la intervención quirúrgica o a la cirugía estereotáctica.

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