Marihuana: adicción, síntomas y tratamiento

La marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo. Su consumo prolongado puede generar dependencia psicológica, aunque la dependencia física es muy leve.

Como cualquier sustancia que produce euforia y reduce la ansiedad, la marihuana puede ser adictiva. Sin embargo, no es común que se reporte un consumo excesivo ni la incapacidad de dejarla. Su consumo suele ser esporádico, sin causar disfunción social ni psicológica. Al suspender su consumo, puede presentarse un síndrome de abstinencia leve similar al de las benzodiazepinas, pero algunos consumidores a largo plazo reportan trastornos del sueño y nerviosismo al suspender el consumo.

En Estados Unidos, la marihuana se fuma típicamente en cigarrillos elaborados con las hojas y flores secas de la planta, o como hachís, la resina prensada de la planta. El dronabinol, una forma sintética del -9-tetrahidrocannabinol (el principal ingrediente activo de la marihuana), se utiliza para tratar las náuseas y los vómitos asociados con la quimioterapia contra el cáncer y para aumentar el apetito en pacientes con SIDA. Esta forma no se vende en la calle.

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Síntomas de la adicción a la marihuana

Fumar marihuana produce un estado de consciencia en el que los pensamientos son dispersos, impredecibles y fluidos. La percepción del tiempo, el color y el espacio puede verse alterada. Se produce una sensación general de bienestar y relajación (intoxicación por drogas). Estos efectos persisten de 2 a 3 horas después de la inhalación. No hay evidencia convincente de efectos prolongados o residuales. Son comunes la taquicardia, la inyección conjuntival y la sequedad bucal. Muchos de los efectos psicológicos probablemente estén relacionados con el entorno en el que se consume la droga. Se producen reacciones de pánico y paranoia, especialmente en consumidores inexpertos, pero estas reacciones se vuelven inusuales cuando el entorno cultural se ha familiarizado con la sustancia. La comunicación y las habilidades motoras se reducen, la percepción de profundidad y el seguimiento se ven afectados, y el sentido del tiempo se altera; todo lo cual es peligroso en ciertas situaciones (p. ej., conducir u operar equipos complejos). El apetito suele aumentar. El consumo de marihuana puede exacerbar e incluso desencadenar síntomas psicóticos en pacientes con esquizofrenia, incluso si reciben tratamiento con antipsicóticos.

Los críticos de la marihuana señalan la amplia evidencia científica de sus efectos adversos, pero la mayoría de las afirmaciones sobre daños biológicos significativos carecen de fundamento. La evidencia es contradictoria incluso entre grandes consumidores y en áreas de estudio intensivo, como la función inmunológica y reproductiva. Sin embargo, quienes fuman marihuana con frecuencia desarrollan síntomas broncopulmonares (episodios de bronquitis aguda, sibilancias, tos, producción de esputo) y deterioro de la función pulmonar. Estos trastornos implican cambios en las vías respiratorias grandes, cuya relevancia clínica no se ha demostrado. Incluso quienes fuman marihuana a diario no desarrollan enfermedad pulmonar obstructiva. No hay informes de cáncer de pulmón en personas que fuman marihuana exclusivamente, posiblemente porque se inhala menos humo que con el tabaco y este contiene menos carcinógenos. Sin embargo, ocasionalmente se detectan cambios precancerosos en el tejido bronquial en biopsias, por lo que podría haber cáncer. Varios estudios controlados han encontrado deterioro cognitivo en pequeños grupos de consumidores habituales de marihuana a largo plazo; estos datos requieren confirmación.

Los efectos del consumo prenatal de marihuana en neonatos no están claros. Se han reportado disminuciones en el peso fetal al nacer, pero al considerar todos los factores (p. ej., consumo materno de alcohol y tabaco), el efecto sobre el peso fetal disminuye. El n-9-tetrahidrocannabinol se excreta en la leche materna. Aunque no se ha demostrado que sea perjudicial para los lactantes, tanto las madres lactantes como las embarazadas deben evitar el consumo de marihuana.

Debido a la persistencia de los metabolitos de los cannabinoides, las pruebas de orina posteriores a cada consumo se mantienen positivas durante días o semanas después de suspenderlo. Las pruebas que detectan metabolitos inactivos solo detectan el consumo, no la disfunción; es posible que el consumidor no experimente los efectos de la droga en el momento del análisis de orina. Esta prueba puede detectar cantidades extremadamente pequeñas y, por lo tanto, tiene poca utilidad para determinar patrones de consumo.