Dehidroepiandrosterona (DHEA)

Las principales funciones de la dehidroepiandrosterona

• Aumenta la producción de energía y la libido.
• Reduce la cantidad de tejido graso.
• Mejora el estado de ánimo.
• Contrarresta las hormonas que alivian el estrés.

Fundamentos teóricos

En las revistas populares, la dehidroepiandrosterona (DHEA) se denomina la "hormona de la juventud".

La DHEA y su precursor, el dehidroepiandrosterona-3-sulfato (DHEAS), son las hormonas esteroides más abundantes en hombres y mujeres adultos. La DHEA se aisló como esteroide androgénico en 1934, y su DHEAS se aisló de la orina en 1944. Estudios demuestran que los niveles circulantes de DHEAS alcanzan su punto máximo entre los 20 y los 30 años y disminuyen aproximadamente un 20 % por cada década de vida.

Los investigadores especulan que algunas enfermedades relacionadas con la edad, como la obesidad, la diabetes, ciertos tipos de cáncer y las cardiopatías, podrían estar asociadas con la disminución de los niveles de DHEA y DHEAS. Si bien las funciones fisiológicas de la DHEA y la DHEAS son difíciles de comprender, se reconoce que la DHEA es un precursor de la testosterona y el estradiol. Dada esta función, los agentes de las compañías farmacéuticas afirman que los suplementos de DHEA aumentarán la producción de testosterona, estimularán la libido, aumentarán la masa corporal magra y retrasarán el proceso de envejecimiento.

Resultados de los estudios de dehidroepiandrosterona

Se ha demostrado que la suplementación con DHEA tiene un efecto antiobesidad en modelos animales, pero el mecanismo aún no está claro. Una teoría es que la disminución de los niveles de DHEA se correlaciona con el aumento de los niveles de insulina. Gore estudió los efectos de la suplementación con DHEA en la sensibilidad a la insulina y la composición corporal. El estudio incluyó a 10 voluntarios que recibieron 1600 mg de DHEA al día o un placebo durante 28 días. No se encontraron diferencias significativas en la sensibilidad a la insulina ni en los cambios en la masa grasa corporal. La edad de los voluntarios no se reveló, lo cual podría haber sido una limitación del estudio.

Morales et al. examinaron la hipótesis de que la disminución de DHEA y DHEAS relacionada con la edad contribuye a la transición de un estado anabólico en adultos jóvenes a un estado catabólico en adultos mayores. Trece hombres y 17 mujeres de entre 40 y 70 años recibieron 50 mg de DHEA durante 6 meses. En dos semanas, los niveles de DHEA habían aumentado hasta alcanzar los niveles de un adulto joven. Los niveles séricos de andrógenos (androstenediol, testosterona y dihidrotestosterona) se elevaron en las mujeres, con un ligero aumento de androstenediol en los hombres.

La sensibilidad a la insulina y la grasa corporal se mantuvieron sin cambios en ambos grupos, pero el bienestar físico y psicológico mejoró. No se reportaron cambios en la libido. Los investigadores observaron un aumento del factor de crecimiento similar a la insulina I (IGF-1), una hormona que disminuye cuando predominan los procesos catabólicos. El aumento del IGF-1 y la aparente ausencia de efectos secundarios sugieren que la DHEA podría ser una opción terapéutica para adultos mayores.

Morales et al. estudiaron los efectos de dosis más altas de DHEA. Nueve hombres y diez mujeres de entre 50 y 65 años tomaron 100 mg de DHEA durante seis meses. Los investigadores monitorearon los niveles plasmáticos de hormonas, la grasa corporal (mediante absorciometría de rayos X) y la fuerza muscular. Los resultados mostraron un aumento en las concentraciones de DHEA y DHEAS tanto en hombres como en mujeres.

Los niveles de androstenediol, testosterona y dihidrotestosterona aumentaron solo en mujeres mayores y alcanzaron niveles típicos de mujeres jóvenes. Al igual que en el experimento anterior, los niveles de IGF-1 aumentaron tanto en hombres como en mujeres. La masa grasa corporal, la fuerza muscular de las piernas y la fuerza de la columna lumbar aumentaron en los hombres, pero no en las mujeres. Los investigadores concluyeron que los beneficios de la administración de DHEA fueron específicos para cada género, a favor de los hombres.

Recomendaciones para el uso de dehidroepiandrosterona

Aunque la DHEA se comercializa como una alternativa segura a las hormonas anabólicas ilegales, aún se considera un esteroide androgénico. Las reacciones adversas asociadas con el uso de DHEA incluyen acné, hepatomegalia, crecimiento de vello no deseado, irritabilidad, agrandamiento de la próstata y masculinización en las mujeres. Debido a sus posibles efectos sobre los niveles de testosterona, el Comité Olímpico de los Estados Unidos y la NSA han prohibido el uso de DHEA.

El uso indiscriminado de DHEA por parte de atletas jóvenes (que compiten en competiciones de adultos) es preocupante, ya que aún no se han determinado sus efectos a largo plazo. Al igual que otras hormonas, la DHEA podría no mostrar efectos nocivos durante muchos años. Sin embargo, las personas con antecedentes de cáncer de mama o próstata no deben tomar DHEA.

Los atletas deberían ignorar por completo la afirmación de que los suplementos de ñame silvestre (Dioscorea) proporcionan los componentes básicos de la DHEA. El ñame contiene un anillo esteroide vegetal llamado diosgenina, que es un procesador para la producción semisintética de DHEA y otras hormonas esteroides. Sin embargo, esta conversión solo ocurre en el laboratorio. La afirmación de que los suplementos de ñame mexicano aumentan la producción de DHEA (o testosterona) en el cuerpo carece de fundamento.