Alimentación y nutrición perfectas

La creación de una alimentación ideal parecía importante por muchas razones, en primer lugar, porque diversas enfermedades, incluso las más graves, surgen de una nutrición deficiente. El consumo de alimentos ricos en calorías provoca enfermedades cardiovasculares comunes como hipertensión, aterosclerosis, diabetes, enfermedades del tracto gastrointestinal y enfermedades hepáticas. Una nutrición deficiente también causa trastornos del desarrollo físico y mental y una disminución de los llamados estándares fisiológicos. Un ejemplo de las consecuencias negativas de una nutrición inadecuada en las sociedades industriales es el exceso de comida, que resulta en sobrepeso y obesidad. En particular, más del 20% de la población de nuestro país padece actualmente obesidad. Esta enfermedad suele ir acompañada de trastornos metabólicos, así como de diversas enfermedades, incluidas las cardiovasculares, y conduce al envejecimiento prematuro.

El análisis bioquímico de las sustancias necesarias para las funciones vitales del organismo condujo a la conclusión de que la creación de alimentos ideales puede, en última instancia, garantizarse por medios industriales. La transición de la producción agrícola a la industrial de alimentos significaría una nueva y enorme revolución en la historia de la humanidad. Esto fue enfatizado repetidamente por uno de los científicos más destacados de nuestro país, A. N. Nesmeyanov, quien dedicó muchos años de su vida al problema de la creación de alimentos sintéticos por métodos industriales. Finalmente, cada vez es más evidente que los alimentos ideales deben ser suficientemente individualizados.

La definición científica del alimento ideal se formula desde la perspectiva de la teoría de la nutrición equilibrada, desarrollada gracias al auge de la ciencia experimental europea. El alimento ideal es aquel que contiene en proporciones óptimas todos los componentes necesarios para la composición y el funcionamiento constantes del organismo. Por consiguiente, no contiene ningún lastre ni sustancias nocivas típicas de los alimentos naturales comunes. Esto dio lugar a intentos de mejorar y enriquecer los alimentos eliminando lastre y compuestos tóxicos, de modo que los componentes beneficiosos deben estar presentes en proporciones óptimas.

La idea de un alimento ideal, compuesto exclusivamente por las sustancias necesarias en sus proporciones óptimas, resultó especialmente atractiva a mediados del siglo XX. Este auge se debió a diversas razones, en primer lugar, al rápido desarrollo de diversas ciencias, en particular la química y la tecnología química, así como la astronáutica, con su necesidad de un alimento ideal. Un análisis detallado de estas razones excede con creces el alcance de este capítulo (en parte se aborda en otros capítulos), pero son comprensibles para todos en una primera aproximación.

Los primeros intentos por crear una alimentación y una nutrición ideales fueron muy alentadores. Sin embargo, pronto se hizo evidente que la idea estaba plagada de complicaciones inesperadas, lo que finalmente condujo a una revisión de las perspectivas no solo sobre la alimentación y la nutrición ideales, sino también sobre la teoría clásica de la nutrición equilibrada. Como hemos señalado repetidamente, actualmente se está desarrollando una nueva teoría de la nutrición adecuada, que difiere significativamente de la clásica. Los principales principios de ambas teorías se analizaron con más detalle anteriormente. Aquí, solo se abordarán los aspectos importantes para la consideración del problema de la alimentación y la nutrición ideales, así como para la optimización real de la nutrición del hombre moderno y del futuro.

[ 1 ]