Síntomas de la pancreatitis crónica

Los síntomas de la pancreatitis crónica en niños son variables y dependen de la duración de la enfermedad, su forma y estadio de desarrollo, el grado de alteración de las funciones secretoras externas e internas de la glándula y la presencia de patología concomitante en otros órganos. A pesar de la variedad de síntomas clínicos de la pancreatitis, el dolor es el principal síntoma.

Son típicos los dolores paroxísticos en la parte superior del abdomen, la región epigástrica (77%) y los hipocondrios derecho e izquierdo (58%). En el 10% de los niños, los dolores son sordos, se intensifican después de las comidas y por la tarde, y suelen estar causados por una dieta inadecuada (alimentos bastos, grasosos, fritos, dulces, fríos, bebidas carbonatadas), esfuerzo físico significativo y enfermedades virales. Las crisis de dolor duran de 1 a 2-3 horas, con menos frecuencia de 4 a 5 horas o incluso varios días. Se observa irradiación del dolor a la espalda y a las mitades izquierda y derecha del tórax; en ocasiones, las sensaciones adquieren un carácter ceñido (56%). El ataque suele atenuarse en posición sentada con el cuerpo inclinado hacia adelante, en posición de rodillas y codos.

Otro grupo de síntomas de la pancreatitis crónica son los trastornos dispépticos. Los más comunes son la pérdida de apetito (78%), los vómitos que se presentan en el punto álgido de la crisis de dolor, las náuseas, los eructos, la acidez estomacal y la flatulencia. El estreñimiento (38%) y las heces blandas (24%) son frecuentes. Durante la manifestación de la enfermedad, el 30% de los pacientes experimenta una pérdida de peso de 5 a 10 kg.

La enfermedad suele acompañarse de síndrome astenovegetativo: los pacientes se quejan de fatiga, cefalea, labilidad emocional e irritabilidad. En algunos pacientes, el síndrome de dolor intenso se acompaña de fiebre y cambios inflamatorios en la sangre.

Durante una exacerbación de pancreatitis, se detecta un dolor intenso en la proyección de la cabeza, el cuerpo o la cola del páncreas. En niños, el dolor difuso es característico en varias zonas simultáneamente: epigastrio, hipocondrio derecho e izquierdo, y en la proyección del duodeno. Se registran síntomas patológicos de Kach y Mayo-Robson, síntomas quísticos y hepatomegalia moderada.

Por lo general, las características específicas de los síntomas clínicos dependen de la gravedad de la pancreatitis crónica. La forma grave se caracteriza por crisis de dolor intenso y prolongado, localizadas en todo el abdomen superior, con irradiación y diversos trastornos dispépticos. La frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones aumentan con la edad del niño. Esto es típico de la pancreatitis que se desarrolla en el contexto de alteraciones orgánicas graves en el duodeno (duodenostasis, divertículos, papilitis estenosante, compresión arteriomesentérica, etc.) y en las vías biliares (colelitiasis, anomalías del sistema ductal). Pueden presentarse complicaciones (quistes falsos, pleuresía izquierda, pancreolitiasis, erosiones y úlceras gastroduodenales, abscesos, síntomas de colestasis, diabetes mellitus, etc.).

En la forma moderada, el cuadro clínico de la pancreatitis es menos pronunciado y la evolución es relativamente favorable. El síndrome doloroso se presenta periódicamente tras trastornos dietéticos o exceso de trabajo físico. El dolor suele localizarse en el epigastrio, hipocondrio izquierdo; en ocasiones se intensifica hasta convertirse en episodios agudos, pero remite rápidamente. Los trastornos dispépticos son de intensidad moderada.

En la forma leve, el dolor suele ser breve, sordo o paroxístico. El dolor local se localiza principalmente en la proyección del páncreas, sin irradiación. El pronóstico para esta forma de pancreatitis es favorable.

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