Esclerótica

La esclerótica constituye el 5% de la densa membrana fibrosa del ojo y cumple una función protectora y esquelética, es decir, determina y proporciona la forma del ojo. Es opaca, de color blanco brillante y aspecto similar a un tendón.

La esclerótica está compuesta por tejido colágeno denso y fibras elásticas, especialmente abundantes en las zonas donde se insertan los músculos oculares. Si bien la esclerótica es pobre en elementos celulares, contiene células pigmentarias, que se agrupan principalmente alrededor de los vasos y nervios que la atraviesan y, a veces, son visibles en la superficie externa como manchas oscuras. Carece de sus propias cubiertas epiteliales y endoteliales.

En el exterior, las capas superficiales de la esclerótica son laxas y forman una fina capa de epiesclerótica, que se fusiona con el tejido subconjuntival del globo ocular, aún más laxo. Por delante, la esclerótica se integra en la córnea y, por detrás, sus capas superficiales se fusionan con la membrana dura del nervio óptico.

El grosor de la esclerótica varía entre 0,4 y 1,2 mm en diferentes puntos. Es insignificante en la zona del ecuador ocular (hasta 0,4 mm) y delante de la inserción de los músculos rectos oculares. En la inserción de los músculos oculares, y especialmente en la circunferencia del nervio óptico, donde su capa dura se entrelaza con la esclerótica, el grosor alcanza los 1,2 mm.

La esclerótica es pobre en vasos y nervios. Recibe sangre de los vasos ciliares anterior y posterior, que forman la red epiescleral y emiten ramas hacia la esclerótica; los nervios sensoriales llegan a la esclerótica desde los nervios ciliares largo y corto. Numerosas arterias, venas y nervios atraviesan la esclerótica (cerca del nervio óptico, en la región ecuatorial, cerca de la córnea) para irrigar e inervar la córnea y el tracto vascular del ojo. La esclerótica contiene menos agua que la córnea, un 10 % de proteínas y mucopolisacáridos.

El estroma escleral está formado por haces de colágeno de distintos tamaños y formas que no están orientados tan ordenadamente como en la córnea.

La capa interna de la esclerótica (lámina fusca) pasa a las capas supracoroidea y supraciliar del tracto uveal.

Anteriormente, la epiesclerótica está formada por tejido conectivo vascularizado denso que se encuentra entre el estroma escleral superficial y la cápsula de Tenon.

La superficie anterior de la esclerótica está cubierta por tres capas vasculares.

1. Los vasos conjuntivales son la capa más superficial; las arterias son tortuosas, las venas son rectas.
2. Los vasos de la cápsula de Tenon presentan un recorrido recto con una configuración radial. En la epiescleritis, el mayor estancamiento sanguíneo se produce en este plexo vascular. Al palparlo, se desplaza por encima de la superficie de la esclerótica. La cápsula de Tenon y la epiesclerótica presentan infiltración de células inflamatorias, y la esclerótica no se inflama. La instilación de fenilefrina produce palidez en la conjuntiva y en parte de la cápsula de Tenon, lo que permite visualizar la esclerótica subyacente.
3. El plexo vascular profundo se localiza en las capas superficiales de la esclerótica y se asocia con una congestión máxima en la escleritis. Es inevitable que se produzca cierta infiltración en los vasos superficiales, pero esta es insignificante. La instilación de fenilefrina no afecta a los vasos dilatados de este plexo. Para localizar el nivel de infiltración máxima, es necesario realizar una exploración con luz diurna. El estroma de la esclerótica es en gran parte avascular.

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