Toxicosis del embarazo y alteraciones oculares

Si el embarazo transcurre con normalidad, no se observan cambios en los vasos retinianos. Excepcionalmente, a veces se observa angioespasmo e hiperemia del disco óptico sin disminución de la agudeza visual.

En la toxicosis temprana del embarazo, se observan varios tipos de angiopatías retinianas (venas varicosas, estrechamiento de las arterias, tortuosidad de las arteriolas individuales, hiperemia de la cabeza del nervio óptico), pueden ocurrir hemorragias retinianas y neuritis retrobulbar.

Una de las formas de toxicosis tardía del embarazo es la nefropatía del embarazo, que afecta principalmente al sistema vascular y los riñones, y se caracteriza por edema, hipertensión arterial y proteinuria. Los trastornos vasculares se detectan principalmente durante el examen del fondo de ojo: se observan estrechamiento de las arterias y dilatación de las venas, edema de retina e incluso desprendimiento de retina. A diferencia de la hipertensión, en el espasmo de las arterias retinianas debido a la toxicosis del embarazo, no se observa compresión de las venas en los puntos de cruce arteriovenoso.

Una forma grave de toxicosis tardía del embarazo es la eclampsia, que se caracteriza por la aparición repentina de convulsiones y pérdida de la consciencia. Los síntomas de la nefropatía del embarazo (edema, hipertensión arterial, proteinuria) se acompañan de cefalea intensa, sensación de pesadez en la cabeza, mareos, alucinaciones visuales, depresión, ansiedad, letargo, adinamia, alteraciones visuales (parpadeos, niebla, visión borrosa, deterioro de la visión hasta su pérdida temporal), deterioro de la memoria, náuseas, vómitos, diarrea, hinchazón facial, cianosis de la piel y las mucosas. La eclampsia es especialmente grave en casos de enfermedades somáticas concomitantes (hipertensión, glomerulonefritis y pielonefritis crónicas, diabetes mellitus), así como en mujeres que han padecido encefalitis, meningitis, hepatitis o cardiopatía reumática. A medida que la eclampsia progresa, las disfunciones de órganos vitales aumentan, dando lugar a hemorragias cerebrales, desprendimiento de retina, hemorragias retinianas, neurorretinopatía con pérdida de visión, insuficiencia renal, hepática y respiratoria.

Todas las medidas de tratamiento tienen como objetivo eliminar el espasmo vascular generalizado, la hipovolemia, reducir la presión arterial, combatir la intoxicación, mejorar la microcirculación, etc. Es fundamental controlar la diuresis, la respiración, la visión y el estado del sistema cardiovascular. Si la terapia intensiva no es eficaz, se realiza una cesárea. Una de las indicaciones para su implementación es la hemorragia retiniana, el desprendimiento de retina y la neurorretinopatía. Se debe prestar especial atención a las mujeres con alta miopía y distrofias vítreorretinianas periféricas (en celosía, quística, en empedrado, pigmentada), ya que en estos casos existe riesgo de desprendimiento de retina durante el parto natural. La coagulación láser profiláctica con argón permite a muchas embarazadas evitar la cesárea.