Cistitis crónica en niños

La cistitis crónica ocurre con mayor frecuencia después de una cistitis aguda no tratada.

En la cistitis crónica, el proceso patológico puede ser limitado y difuso. Todas las capas de la pared vesical se ven afectadas, se pierde elasticidad, disminuye la capacidad vesical y sus paredes pueden encogerse. La cistitis crónica puede ser asintomática y recurrente. En la cistitis crónica asintomática, las manifestaciones son escasas, principalmente en el sistema urinario. Las recaídas suelen ocurrir con infecciones virales respiratorias agudas, hipotermia y exacerbación de focos crónicos de infección. En niños pequeños, el cuadro clínico de exacerbación, al igual que en la cistitis aguda, es escaso. En niños mayores, el cuadro clínico de exacerbación se corresponde con el de la cistitis aguda, mientras que el síntoma de dolor se expresa con algo menos de intensidad.

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Diagnóstico de la cistitis crónica

Para el diagnóstico de la cistitis crónica, son importantes los resultados de la patología en el análisis de orina, la cistoscopia y la ecografía. El riesgo reside en la aparición de una insuficiencia funcional del mecanismo de cierre del segmento vesicoureteral, lo que provoca reflujo vesicorrenal y el desarrollo de pielonefritis secundaria.

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Tratamiento de la cistitis crónica

Durante los períodos de exacerbación, se prescriben agentes antibacterianos y urosépticos durante 5 a 6 semanas o más, teniendo en cuenta la flora patógena y la higienización y normalización de la orina. Es fundamental la terapia dirigida a aumentar la reactividad inmunológica del organismo.