Chorioidea

La coroides (del latín chorioidea) es la membrana vascular propiamente dicha, la parte posterior del tracto vascular del ojo, situada desde la línea dentada hasta el nervio óptico.

El grosor de la coroides en el polo posterior del ojo es de 0,22-0,3 mm y disminuye hacia la línea dentada hasta 0,1-0,15 mm. Los vasos de la coroides son ramas de las arterias ciliares cortas posteriores (ramas orbitarias de la arteria oftálmica), las arterias ciliares largas posteriores, que se dirigen desde la línea dentada hasta el ecuador, y las arterias ciliares anteriores, que, al ser una continuación de las arterias musculares, envían ramas a la parte anterior de la coroides, donde se anastomosan con las ramas de las arterias ciliares cortas posteriores.

Las arterias ciliares cortas posteriores perforan la esclerótica y penetran en el espacio supracoroideo alrededor de la cabeza del nervio óptico, situada entre la esclerótica y la coroides. Se dividen en numerosas ramas que forman la coroides propiamente dicha. El anillo vascular de Zinn-Haller se forma alrededor de la cabeza del nervio óptico. En algunos casos, existe una rama adicional hacia la mácula (a. ciliorretinalis), visible en la cabeza del nervio óptico o en la retina, que desempeña un papel importante en caso de embolia de la arteria central de la retina.

En la membrana vascular se distinguen cuatro placas: supravascular, vascular, vascular-capilar y compleja basal.

La placa supravascular, de 30 μm de grosor, es la capa más externa de la coroides, adyacente a la esclerótica. Está formada por tejido conectivo fibroso laxo y contiene una gran cantidad de células pigmentarias. En condiciones patológicas, el espacio entre las fibras finas de esta capa puede llenarse de líquido o sangre. Una de estas condiciones es la hipotonía ocular, que a menudo se acompaña de trasudación de líquido al espacio supracoroideo.

La placa vascular está formada por arterias y venas entrelazadas, entre las cuales se encuentran tejido conectivo fibroso laxo, células pigmentarias y haces individuales de miocitos lisos. En su exterior se encuentra una capa de vasos grandes (capa de Haller), y detrás, una capa de vasos medianos (capa de Sattler). Los vasos se anastomosan entre sí, formando un plexo denso.

La placa vascular-capilar, o capa coriocapilar, es un sistema de capilares entrelazados formado por vasos de diámetro relativamente grande con aberturas en las paredes para el paso de líquidos, iones y pequeñas moléculas de proteína. Los capilares de esta capa se caracterizan por un calibre irregular y la capacidad de pasar hasta cinco glóbulos rojos a la vez. Entre los capilares se encuentran fibroblastos aplanados.

El complejo basal, o membrana de Bruch, es una placa muy delgada (de 1 a 4 µm de grosor) ubicada entre la coroides y el epitelio pigmentario de la retina. Esta placa consta de tres capas: una capa externa de colágeno con una zona de fibras elásticas finas; una capa interna de colágeno fibroso; y una capa cuticular, que constituye la membrana basal del epitelio pigmentario de la retina.

Con la edad, la membrana de Bruch se engrosa gradualmente, se depositan lípidos en ella y disminuye su permeabilidad a los líquidos. Es frecuente encontrar segmentos de calcificación focal en personas mayores.

La coroides en sí tiene la mayor capacidad de permeabilidad de fluidos (perfusión) y su sangre venosa contiene una gran cantidad de oxígeno.

Funciones de la coroides:

• Proporciona nutrición al epitelio pigmentario de la retina, a los fotorreceptores y a la capa plexiforme externa de la retina;
• aporta a la retina sustancias que facilitan las transformaciones fotoquímicas del pigmento visual;
• participa en el mantenimiento de la presión intraocular y la temperatura del globo ocular;
• Es un filtro para la energía térmica generada por la absorción de la luz.

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